He visto el video en donde se muestra el incidente ocurrido
durante la manifestación cacerola en una de las entradas del congreso Nacional.
Según se puede ver muy claramente, un muchacho muy joven intenta impedir que un
grupo de caceroleros rompan la puerta para entrar, (todo espontáneamente y en
paz, por supuesto) vaya a saber con qué democráticas y pacíficas intenciones.
Hasta ahí todo bien. Pero resulta que el mencionado
muchacho, al querer republicanamente impedir el atropello fue acusado de
pertenecer a La Cámpora y comenzó a ser atacado de manera verbal y aparentemente, también golpeado.
Este joven no tuvo otra opción que salir corriendo para poder salvaguardar su
integridad física. (Y tal vez su vida) Hasta aquí los hechos.
Ahora mi humilde interpretación. Que no es muy
complicada. Tan enceguecidos están por un odio descomunal hacia el Gobierno de
Cristina originado y sostenido en el secular odio de clases que siempre
animó a los “biempensantes”, que no pueden apreciar ningún detalle, por claro
que sea: el pibe era uno de ellos, estaba manifestándose por los mismo motivos
que ellos, pero con el pequeño detalle que este militante del PRO no quería
sacar los pies del plato. Manifestarse, si.
Violencia, no. Simple, muy simple.
Pero no lo pudieron hacer. ¿Por qué será? Para mí
está muy claro que hay una materia prima orientada, esto es, educada hacia el
odio y la violenta descalificación del distinto. Ahora, ¿de dónde viene esa
educación? Me imagino que los primeros educadores que todos tenemos son los
padres, luego la escuela.
Mencioné a la escuela porque la considero como creadora-propaladora también de ese odio.
Pero me resulta difícil visualizar a la escuela pública como tal. Reconozco que
no me pasa lo mismo con la escuela de gestión privada. No cuento con
información sobre los programas educativos de las escuelas privadas, lo que sí
es de público conocimiento es que los caceroleros son en su inmensa mayoría de
clase media, media alta y alta.
Alumnos, me atrevo a decir, en su mayoría, de
colegios privados. ¿Tendrán algo que ver esos colegios en la preservación y
transmisión de ese odio? No lo sé, pero no creo en las casualidades. ¿Estará
incluido el odio en los planes de estudio de los colegios de gestión privada,
en donde seguro estudian muchos de estos militantes del odio?
Igualmente, mucho no importan los planes de estudio,
ya que pueden estar en regla y ser políticamente correctos, el eje está en el
discurso que transmita la institución, el clima que se respire en sus aulas.
Ahí puede estar la viralización del odio y ese discurso, ese clima no hace
falta que esté en los planes de estudio. En parte, ya viene desde el clasismo
que reina en muchas casas de clases media y alta.
Tal vez en realidad enseñen que todos somos iguales.
Pero no lo creo. El odio de clase no es de ahora, no lo crearon los caceroleros,
pero de alguna manera se retransmite. Una es la familia. El que odia necesita
la destrucción del objeto de su odio. ¿Qué puede llegar a hacer un padre que
odia a los pobres con respecto a los “valores” que le transmitirá a su hijo? Y
la mejor manera de transmitirle a los hijos el odio es dándole un sustento
institucional de indiscutible prestigio: La escuela.
¿Qué exagero con lo del odio? Ese odio existe y es
harto visible. Repasen los sitios y foros opositores, a lo que se puede agregar
los videos de los cacerolazos tomados por 678. ¿No alcanza? Nos vamos entonces
a las denuncias del showman Lanata. ¿Qué actitud asumen los cacerolas ante esas
denuncias, a pesar de lo burdas que son “las pruebas”?
Las toman como verdades reveladas, absolutas, como
si fueran dichas por Dios. Sin ningún margen para una duda, por pequeña que
sea. Y eso solo es posible si toda tus motivaciones están basadas en el odio.
Y por ese odio, me surge decir una obviedad: Estamos ante una
gigantesca operación mediática que apunta, en principio, a las elecciones de
Octubre de 2013, y la campana de largada fue la “denuncia” de Lanata del
domingo 14 de Abril de 2013 en su pozo ciego de PPT sobre la “ruta del dinero
K”
Ahora, ¿Por qué insisten tanto con las denuncias en
contra del Gobierno? Porque saben que hay en la sociedad una natural tendencia
a pensar y dar por seguro que todos los funcionarios son corruptos. Y ahí es que apuntan. Porque algo va a quedar
después de tanto repetir y repetir que “los k son corruptos”.
Tenemos los reflejos condicionados. ¿Quién no se ha
pasado gran parte de su vida despotricando diariamente contra todos los
gobiernos?
No me digan que esta operaciones mediáticas no les
recuerdan a un señor alemán.
Pues entonces, ¿qué hacemos? Creo que los militantes
que defendemos este modelo debemos estar muy atentos y participando, ya sea
militando en la calle o en la web.
Y nuevamente voy a decir una obviedad: De aquí a las
elecciones este intento de que algo quede en la sociedad va a ir en crescendo.
Está claro que la mayor responsabilidad la va a tener Cristina, como siempre,
ya que nunca le esquivó el bulto a las operaciones de Clarín y compañía.
Pero el ataque paroxístico al que nos van a someter,
tanto al Gobierno como a los militantes (Recordar la demonización de La
Cámpora) amerita intensificar las siempre profundas respuestas políticas que
dio permanentemente Cristina (Ley de Medios, AUH, etc.)
Ofrezco como detalle revelador sobre las intenciones
de la oposición político-mediática el sincericidio del radical Ernesto Sanz, Senador Nacional:
“Ojalá esto siga hasta Octubre” (que todo está mal,
dice él) “Porque a veces, pienso que si la economía mejorara un poco, ¿Qué
pasaría con las elecciones?”
Porqué digo todo esto? Porque creo que ante la
imposibilidad de dar un golpe de estado de los clásicos, están intentando dar
lo que ahora se denomina un “golpe blando”. Y de ninguna manera estoy diciendo
que la gente es estúpida, pero sí que hay mucha buena fe en cuantiosísima gente,
y esa buena fe puede ser sorprendida por la parafernalia acusacionista del
showman enardecido e insultador y sus congéneres.
Deliro con que tal vez el gobierno deba convocar a
creativos para mejorar la publicidad gráfica, tanto de calle como en los medios,
que me parece que es deficitaria y a la que considero muy importante, ya que no
toda la gente ve Futbol para Todos ni lee a los periodistas y medios defensores del modelo. Y
un buen afiche puede dejar en claro que algunas acusaciones son solo
operaciones políticas.
Porque publicitar bien las posiciones que nuestro
gobierno defiende y aplica, y el 54% apoyó en octubre del 2011, es también profundizar
la política, es responder desde la sí-política,
si me permiten la definición. Que quede en claro que no estoy hablando de que
el Gobierno deba recurrir a “ultrahípersúperchequeadas cámaras ocultas” ni
“documentos irrefutables” ni faranduleras denuncias. No, nada de eso. Hablo de
aplicar mucha política, muchísima más política.
Por contraposición me permito traer a colación los
supuestos viajes de Leonardo Fariña al exterior que son furor en algunos medios:
ahora por el solo hecho de viajar al exterior se es sospechoso de la comisión
de delitos. Esta es la no-política. Y si no es así, no queda más remedio que
aceptar que habría millones de sospechosos en Argentina.
El “golpe blando” está en marcha, sostengo, y
estamos fuertes, pero debemos tener mucho ojo con los aduladores de Goebbels y
nuestros errores, porque es mucho lo que está en juego: La vida digna de
millones de personas, nada menos.
Basta con mirar lo que los hermanitos mayores de
nuestra oposición están haciendo en Europa.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario