Recientemente, se corrió una bola en los medios, que
al parecer tuvo origen en el Gobierno Nacional, de que el día miércoles 2 de Mayo se emitiría
un video que sería de alto impacto. Y así fue.
Se alborotó el planeta, algo que el aviso por parte
del Gobierno, ya había adelantado. Es innegable que los ingleses y los
kelpers se alborotaron, cosa lógica por
otro lado, ya que el spot los alude de manera directa.
A mi juicio el spot es emocionante, simplemente emocionante
y para nada ofensivo, a pesar de que el atleta hace unos ejercicios sobre la
escalinata del monumento a los caídos en el conflicto de la parte británica.
Los entretelones del rechazo por parte de los kelpers
y los ingleses todos los conocemos. Hemos tenido que soportar, por ejemplo, que
La Nación pusiera en tapa que la agencia había solicitado su retiro, “pero aun
continuaba en el aire”.
Una prueba clara de la posición asumida por el medio
del genocida Mitre, posición también tomada por Clarín y varias vacas sagradas
del periodismo argentino. Y esta parte de la movida que generó el spot es la
que me preocupa y quiero meterme con ella.
Sigo sosteniendo que uno de los
grandes méritos del Kirchnerismo en general y de Cristina en especial, es la
deconstrucción de la sociedad argentina.
Deconstrucción, que desde lo político es el hecho de haber separado a todos los integrantes de la sociedad, de una sociedad que aparecía como homogénea: todos
éramos patriotas, defensores de los intereses de la patria
.
Y así lo creíamos. Los que
estábamos en el campo Nacional y Popular creímos que así era. Pero vino
Cristina y separó a todas las partes, y con cada una quedó claramente visible
el lugar en que realmente estaban parados.
Y la derecha, que es a la que me
refiero, gracias a esa deconstrucción, (y a cierta izquierda también, ¿a qué
negarlo?) al decir de la querida periodista Sandra Russo: “ya no puede camuflarse en el
centro, en el equilibrio, en la sensatez, en la moderación, en el dialoguismo,
en las benditas formas”.
Y los que
ahora me ocupan la atención en realidad estuvieron siempre parados en la
defensa de intereses foráneos: simplemente, son cipayos, muy bien pagos
algunos, pero simple y absolutamente cipayos. Cipayos que no solo apoyaron siempre
las “inversiones” extranjeras, sino que también bajaron línea con un relato al
que vendieron como “objetivo, veraz e independiente”.
Se vio muy claramente con el caso del spot filmado
en Malvinas en homenaje a los caídos y excombatientes.
El apoyo de los medios hegemónicos a la
posición de Gran Bretaña es clara y contundente, no se han preocupado por
disimularla, es más, creo que son conscientes de que la claridad provocada por la deconstrucción
llevada a cabo por Cristina, no les ha dejado alternativa: no les queda otra
que seguir mostrandose tal cual son y
desde que lugar hablan.
Por supuesto que es fácil encontrarlos
defendiendo su “objetividad” a los gritos, pero ya muy pocos les creen.
Me provoca una indignación inenarrable ver como
defienden, en los medios, las vacas sagradas de nuestro “periodismo
independiente” apoyados por un ejército de foristas que esgrimen las razones más
inimaginables, la postura inglesa. Pero,
¡ojo!, son hijos de puta, pero también
inteligentes: saben que a veces no estamos debidamente informados. Y es ahí en
donde atacan.
Y es ahí donde debemos apuntar nosotros,
informarnos, para saber cómo defender nuestros derechos. En virtud de esa
necesidad, me permito hacer una reseña de los argumentos esgrimidos por los
ingleses para sostener sus “derechos” sobre Malvinas.
Esta bula, concede a los Reyes de Castilla y León,
todas las tierras “halladas y por hallar” tanto tierra firme o islas, al oeste de un meridiano que pasaba a 100
leguas de las Azores. Es una falsedad
total: hacia el 1492, Gran Bretaña sí era Católica Apostólica.
2) Cuando abandonaron Port Egmont en 1774 dejaron una placa de plomo y una
bandera como símbolo de la continuación de su posesión sobre el territorio, la
cual decía: "Conste ante todas las naciones que la islas
Falkland con su fuerte, depósito, muelles, (...) pertenecen a Su Muy Sagrada
Majestad Jorge III, Rey de Gran Bretaña".
Estos símbolos fueron destruidos por España en el año
1777, sin
que éstos hicieran protesta alguna sobre sus derechos, lo que se interpreta
como un abandono físico de la pretensión británica.
3)
La firma de las Convenciones de
Nutka impidiendo colonizar territorios en Sudamérica, no incluía territorios sin control efectivo.
Las Malvinas se habían convertido en res
nullius nuevamente al abandonarlas los españoles en 1811.
El artículo cuarto de la Primera
Convención de Nutka establecía: "que
las actividades marítimas inglesas no debían servir de pretexto a un comercio
ilícito con los establecimientos españoles y con esta mira se ha estipulado
además expresamente que los súbditos británicos no navegarán ni pescarán en los
dichos mares a distancia de diez leguas marítimas de ninguna parte de las costas
ya ocupadas por los españoles".
Por si fuera poco, en los artículos 6° y
7° Inglaterra se compromete a no formar establecimientos en los mares de
América Meridional, en las costas orientales y occidentales y de las islas
adyacentes ya ocupadas, reconociendo la soberanía española sobre Carmen de
Patagones, San José, Deseado y Puerto Soledad de Malvinas. España ya ocupaba
sola el archipiélago desde hacía dieciséis años. (Destefani, op. cit, pp
66-67). http://www.malvinense.com.ar/derechos.html
Cuando las Provincias Unidas del Río de
la Plata tomaron posesión efectiva de las islas el 6 de noviembre de 1820, el
Reino Unido no efectuó protesta alguna. Ni lo hizo el 15 de diciembre de 1823
cuando reconoció a las Provincias Unidas, ni cuando firmó con ellas el Tratado
de Amistad, Comercio y Navegación del 2 de febrero de 1825. Su primera protesta
ocurrió recién el 19 de noviembre de 1831
Como podemos ver, este argumento tampoco
se sostiene.
4)
Los intentos argentinos de colonizar
las islas entre 1820 y 1833 fueron esporádicos e inefectivos y no reconocidos
por otros estados.
No es así: En 1820 se crea la Comandancia Militar de
las Islas Malvinas, y en 1824 se instala
el franco argentino Luis Vernet en un intento de fundar un asentamiento que
fracasa. Se
realizó un nuevo intento dos años más tarde, esta vez exitoso, formando un
próspero asentamiento permanente bajo la dirección de Vernet. A principios de
1828 el gobierno de la ya entonces República Argentina amplió la concesión de los colonos.
Gran Bretaña violó también otros
tratados firmados que reconocían a España sus derechos en América del Sur y a
la exclusividad de navegación en el Atlántico Sur: Tratado Americano de 1670 y la Paz de Utrecht de 1713 junto
con los tratados posteriores que la ratificaron.
Por otro lado, en este punto están
implícitos los argumentos que niegan validez al mismo: reconoce la presencia
argentina en las Islas. Lo de “esporádico e inefectivos” es un argumento que
deberá ser debatido para establecer que se quiere decir con “esporádico e
inefectivo”. En cuanto a la falta de reconocimiento por parte de otros estados,
es una total falacia: el reconocimiento es para la independencia lograda por el
Virreinato del Río de la Plata, del cual las islas forman parte, no necesitan
ningún reconocimiento especial o aparte.
5)
El principio del uti
possidetis juris "no es válido en derecho internacional",
sólo vale la ocupación efectiva.
Mentira. El principio del uti possidetis juris se
aplica especialmente en derecho internacional para la definición de límites. El
uti
possidetis juris, esto es: como
poseías, de acuerdo a derecho, poseerás, es un principio de derecho
internacional reconocido para países latinoamericanos pero que también se
aplicó en los procesos de descolonización de África y de Asia.
6)
El Reino Unido afirma que la
población argentina de 1833 "no era indígena" y que la única
población original de esas islas es la actual británica que habita desde el
siglo XIX. Algunos de los actuales malvinenses son la quinta generación nacida
allí.
Esto también es mentira. Cuando el imperio británico
usurpa las islas, todo el mundo sabe que expulsaron al Gobernador Luis Vernet y
que hubo una resistencia encabezada por un argentino al que se lo conoce como
el gaucho Rivero.Fuente:
De hecho, sobre
el destino de Antonio “el gaucho” Rivero
hay dos versiones: que fue tomado prisionero y enviado directamente a
Montevideo o que primero fue llevado a Inglaterra, juzgado, condenado a muerte,
pero que de todos modos no se le aplica la pena y es llevado a Montevideo. En
los documentos oficiales de la Corona Inglesa figura, por supuesto, como
delincuente. O sea, no es ningún mito o mentira que ya había población
argentina en las Malvinas, lo que destruye sin más cualquier argumentación a favor de la pertenencia de
las islas a Gran Bretaña
Transcribo: “La colonia llegó a tener cerca de ciento cincuenta
habitantes estables, más los viajeros ocasionales cuyos barcos recalaban en la
isla. Se fue conformando una población multiétnica ya que llegaban a la isla
esclavos negros que para ganar su libertad debían pasar en ella diez años;
indígenas de la zona norte del Estrecho con quienes Vernet entabló buenas
vinculaciones comerciales; también se instalaron hombres de distintos lugares del
mundo que desertaron de los barcos balleneros y foqueros que navegaban por la
zona. Los trabajos para levantar la colonia congregaron brazos indígenas,
negros, gauchos, blancos –oriundos de diferentes países sudamericanos,
norteamericanos, alemanes y franceses-. Algunos integrantes de la población se
dedicaban a la caza, la domesticación
del ganado, construcción de corrales, ranchos, casas de piedra, salazón de
carnes. Otros realizaban actividades vinculadas a algún oficio”
7) La posesión continuada de las islas en forma notoria, pacífica y no
interrumpida hasta 1982, da al Reino Unido derechos de propiedad sobre ellas
mediante la usucapión (o
prescripción adquisitiva).
En apariencia, este punto es el más fuerte de los sostenidos por Gran Bretaña. Pero creo
que no tendría valides, ya que en primer lugar tendríamos que determinar la
fecha de comienzo de los plazos para aplicar la prescripción adquisitiva.
Gran
Bretaña alega que el comienzo de dicho plazo sería el año 1833, pero debemos
recordar que la primera usurpación británica de las islas se produjo con la
ocupación de Puerto Egmont en el año
1765, hasta 1774, y hasta 1831 no hay
reclamos por parte de la Corona Inglesa, a pesar de que en 1777 España destruye
los símbolos dejado por los invasores, una placa de plomo y una bandera, o sea
que tenemos un tiempo transcurrido de 54 años, un lapso de tiempo muy superior
al de 30 años que algunas interpretaciones exigen para la aplicación de esta
doctrina.
Por otro lado, es absolutamente falso que Argentina no
haya efectuado reclamos por la soberanía de Malvinas desde 1833 hasta 1982. Hay
reclamos realizados en los años: 1833, 1834, 1841, 1842, 1848, 1849, 1884, 1885,
1887, 1888, 1926, 1927, 1928, 1939, 1940, 1945, 1946.
Jamás Argentina hizo derelictio, que
es el abandono de los derechos sobre
las islas.
Una inteligente trapisonda, pero que no resiste el
análisis. El derecho a la autodeterminación es muy claro sobre el punto de a
quién le corresponde que se le aplique: “Los pueblos sometidos por una potencia
extranjera son sujetos del derecho de libre determinación”. Los habitantes
de las islas Malvinas no son pueblos originarios, son descendientes de colonos
introducidos por Inglaterra, y que tienen la nacionalidad Británica. Son
súbditos de la Corona Inglesa, implantados por la fuerza. Son agentes de
colonización.
Un claro ejemplo este, de doble rasero,
(inmoralidad, bah) ya que en el caso de la Isla de Diego García, que le
arrendaron a EEUU, sus habitantes fueron lisa y llanamente echados a patadas,
sin que les fueran respetado ningún derecho, y mucho menos su “autodeterminación”.
Cierta vez un diputado opositor le
preguntó a Margaret Thatcher si los deseos de la población nativa de Hong Kong
serían tan tenidos en cuenta como los del "pueblo malvinense". Ella
respondió que Hong Kong es un arriendo y Malvinas una propiedad absoluta. O
sea, que el principio de Autodeterminación se subordina al de propiedad
Según la declaración de J. María Ruda, consejero
legal del Ministro de Relaciones Exteriores de la República Argentina en 1964, “las Islas Malvinas se encuentran en una
situación diferente a la del caso colonial clásico, ya que pertenecen de hecho
y de derecho a la República Argentina y estaban gobernadas por autoridades
argentinas y ocupadas por pobladores argentinos cuando en 1833 las autoridades
y los pobladores fueron desalojados por Gran Bretaña haciendo uso de la violencia
y fueron suplantados por una población ajena al territorio y por una
administración de origen colonial”.
Como se puede observar, el sustento
jurídico de la argumentación británica es bastante débil, por no decir nulo. De
ahí su sistemática negativa de someterse a un arbitraje o a conversaciones en
busca de una solución.
Pasaron del “las tomamos porque son nuestras” al “porque las tomamos son nuestras”.
El sustento de esta posición,
sin duda, no es de ninguna manera jurídico, es simplemente la prepotencia
imperial, tienen todo el poderío bélico a su alcance, tienen todo el apoyo de
naciones igualmente poderosas con un historial muy similar de latrocinio
imperial, por lo tanto, ¿Qué es eso del sustento jurídico de la propiedad de
Malvinas? Por favor.
Por otro lado, debemos ser muy conscientes
de que en realidad tenemos, en el tema del reclamo por Malvinas, que batallar
en dos frentes: uno, la intransigencia de los británicos, y el otro los que
desde nuestro país, defienden los intereses de su majestad. Los cipayos,
simplemente.
En el link que pongo a continuación hay más
material para leer, y muy interesante, porque están las argumentaciones, bien
detalladas, con las que se sustentan nuestros reclamos: