Mucho se ha hablado sobre los medios hegemónicos, y
la mayor parte, desde el campo Nacional y Popular. Y lo digo orgullosamente, ya
que los que hemos alertado sobre su poder sobre la sociedad hemos sido siempre
nosotros, los que defendemos los intereses populares en general, y los
kirchneristas, en particular.
Y sostengo que ese poder es usado por los medios de
manera siniestra, ya que se utiliza para defender intereses de clase, que no
está mal, tienen derecho a hacerlo. Lo que los convierte en siniestros es el
simple hecho de autodenominarse como “medios objetivos, veraces e
independientes” y no aceptar mostrarse como lo que verdaderamente son.
Me recuerda a aquel viejo dicho popular de que el principal
mérito del diablo es hacer creer que no existe.
¿Pero es posible encontrar una forma de probar que
dichos medios moldean la mente de la gente, que establecen lo que deben pensar,
lo que debe ser tomado como de “sentido común”, lo que es cierto, a quién deben
odiar?. (Recordar la demonización permanente de La Cámpora)
Yo creo que sí. Todos hemos visto, tanto opositores
como los que defendemos el modelo, como se ataca sin piedad y sin descanso a
este Gobierno. Un ejemplo más: me he enterado que un tal Franco Lindner, periodista Jefe de la sección
Política Nacional de la revista Noticias va a publicar en breve un libro
intitulado: “Los amores de Cristina”.
Según mi humilde opinión, es indudable que la siguen
viendo a Cristina como ganadora, lo que los lleva a no desperdiciar ningún
excremento que anda girando por Internet, como son en este caso, los “amantes
que tuvo Cristina”, algo a lo que muchos foristas opositores hacen referencia
en sus post, como “prueba” de que es una “corrupta”.
Pero, ¿por qué recurren a este tipo de cosas? Porque
hay una “verdad” instalada: “todo lo que decimos es verdad” ¿Instalada por
quién? Por los mismos medios hegemónicos. ¿Y acaso ese dogma, que amplios
sectores de la población aceptan sin el más mínimo atisbo de duda o autocrítica
no es prueba suficiente de su poder?
Son sin duda el verdadero poder, ya que inculcaron a la sociedad algo muy sencillo, pero a la vez
muy poderoso: es obligatorio y necesario creer todo lo que ellos dicen, porque
“ellos dicen siempre la verdad”.
Ese es el eje
que subrepticiamente, durante décadas, han inoculado en la cabeza de los
argentinos. Nada puede ser discutido, nada puede ser negado si es dicho por
ellos. Por eso insisten con sus acusaciones e “investigaciones”, como la del
“periodista” de Noticias Franco Lindner. Siembran en un terreno que saben es
muy fértil.
Este “nosotros decimos siempre la verdad”, metido en
muchas cabecitas argentinas, está acompañado del que todos los que no piensan y
actúan como ellos, somos muy malos. Si les crees y apoyas sus políticas, sos un
santo, si no, sos un demonio corrompido.
Y eso es detentar verdadero poder. Y muy
antidemocrático, y al que le podemos poner un nombre: presunción de culpabilidad,
verdadero engendro barbárico, ya que para que sea posible vivir en una sociedad
civilizada, solo vale la presunción de inocencia.
Y
hay más. Prejuicio. (DRAE: Opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se
conoce mal)
¿Les suena? ¿Ejemplo? “Los peronistas son unos
negros de mierda, planeros y choripaneros que van a las manifestaciones porque
les pagan”
Y hay una pequeña y vieja historia que muestra la
realidad, triste realidad generada por la profunda penetración del prejuicio en
nuestro país.
No me digan que no la conocen: “a esos negros de
mierdas les dieron departamentos gratis y utilizaron el parquet para hacer
asado”, “verdad” instalada en nuestra historia sin posibilidad de ser
discutida. ¿Y de donde vino esa “historia”? Vino de esos medios “objetivos,
veraces e independientes”. Y fue tomada al pié de la letra por todos los “biempensantes”.
Sin embargo, podemos intentar un análisis, muy
elemental, sobre el “asado hecho con parquets”. En este caso, estamos hablando
de madera impregnada con alquitrán, y muy seguramente, también de cera. Al ser
encendida, como cualquiera sabe, todo fuego emite humo, y en este caso, es humo
con los componentes altamente venenosos del alquitrán y la cera, humo que
impregnará el “asadito” pasando este de ser una de las tradiciones más amada en
Argentina a convertirse en un simple veneno.
Sin embargo, que los “negros de mierda” se hacían el
asadito con el parquet, es, para los biempensantes es una “verdad” que no tiene disputa. Y esa
imposibilidad de darse cuenta de algo tan simple como es el hecho de que el
humo del alquitrán es venenoso, es producto del prejuicio, prejuicio instalado
desde esos medios convertidos en gigantescas
máquinas de expeler excremento, que al decir del periodista Jorge Lanata,
son los “más débiles”
¿A esta vieja historia, claramente demonizadora, (Volver a comparar con La Cámpora hoy)
alguien de los medios “objetivos, veraces e independientes” la tomó y explicó
que no es muy conveniente hacerse un asadito con dicha madera? No,
absolutamente nadie.
Prejuicio y demonización van unidos por siempre, por
que han sido paridos por la misma matriz: el odio irracional y monstruoso de una
clase social y sus medios periodísticos que los tienen como arma de lucha
política.
Y teniendo como “ideología” solo un montón de
prejuicios, demonizaciones y “verdades
reveladas” es imposible hacer política, por más que esa oposición pida “diálogo
y consenso”. ¿Qué diálogo y consenso es posible lograr con gente que afirma
tener la “verdad absoluta”?
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