Recientemente
comenzó a implementarse un nuevo acuerdo para cuidar los precios. Yo soy uno de
los varios millones que en este país apoya a Cristina, pero creo firmemente en
que este cuidar de los precios va a fracasar. ¿Y será que va a fracasar por los
motivos que aducen los neoliberales, conservadores, la nueva derecha o como
carajos se autodenominen los que disfrutan a mares con los fracasos que podamos tener?
Siempre
fui un convencido que los anteriores congelamientos de precios fracasaron no
porque en si una medida de ese tipo está "naturalmente" condenada al
fracaso, si no por la decisión de los mismos empresarios que rubrican dichos
acuerdos.
Dichos
acuerdos o congelamientos tienen todos una causa en común: La inflación. Ya sé,
estoy diciendo una obviedad, pero si no la digo no podemos llegar al meollo de
la cuestión: ¿quien la provoca?
Según
los como se les antoje autodenominarse, esto es, los conservadores, la inflación
es provocada por los Gobiernos, ya sea a través de la emisión monetaria o a través
de una multitud de "nefastas políticas populistas", como pueden ser la AUH,
las paritarias, o la inclusión.
En
cambio, a quien esto
escribe, le parece que no es así. No niego que una emisión monetaria en alguna situación
como puede ser una recesión o una depresión pueda generar inflación, pero en
una economía en crecimiento me parece que eso es imposible, a menos que estuviéramos
hablando de una emisión del 1000% anual, y no sé, habría que verlo.
Hace ya muuuuuuuuuuuuchos años que se le quitó
el patrón oro al dinero. Este es una cuestión fiduciaria, o sea, una cuestión
de fe: vale porque alguien, (el Estado, obvio) dice que vale. Y se respalda con
la riqueza que ese país genera: El PBI. Por eso es que no se puede NO emitir.
Todos los años se agrega un nuevo PBI, se
agrega más riqueza, por lo tanto, se DEBE emitir para acompañar esa nueva
riqueza agregada. Es la mentira más bien lograda que tiene el neoliberalismo
para esconder las verdaderas causas de nuestras inflaciones.
Hay
un detalle que siempre se les
olvida a algunos antipopulistas y es el hecho de que en la realidad diaria de
un país hay varios actores más aparte del Gobierno. Y me refiero a actores protagónicos,
no secundarios.
De
los demás actores, los neoliberales solo nombran al asalariado y no para
elogiarlo precisamente, sino para hacerlo participe de la culpa de la inflación:
"los aumentos de salarios son inflacionarios" Hay un ausente en el
programa de esta comedia que puede transformarse en tragedia: el empresariado.
Este solo aparece como víctima de los gobiernos de turno y del obrero.
Pobrecitos.
¿Y quien entonces maneja la economía del mundo? ¿Cristina? ¿El obrero? ¿Alguna corporación
filo nazimarxistapopulistachavistacastristapolpotianamaoista? Resulta que el
grupo de empresas petroleras,
alimenticias, farmacéuticas y de armamento manejan decenas de cientos
de miles de millones de dólares anuales son pobres victimas de Gobiernos como
el de Cristina. Juaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!
Manejan
la economía del mundo, pero ante el tema de las culpas por las crisis varias
que ha atravesado el mundo capitalista, han logrado mantenerse ocultos, o
aparecer siempre como víctimas de los "malos Gobiernos". Más claro: Hablo
de los Gobiernos que liberan paritarias, hacen crecer con inclusión y luchan
denodadamente por industrializar a un país. Si, como lo está haciendo el
kirchnerismo.
Cortemos
camino. Los acuerdos de precios fracasan no porque intrínsecamente estos sean
malos, sino que fracasan porque quienes firmas dichos acuerdos traicionan sin
miramientos lo acordado. En el fracasado acuerdo del 2013 se pudo comprobar
este hecho.
Simplemente
cambiaban la etiqueta, el logo o "agregaban" un nuevo elemento al
producto acordado lo que terminaba en un aumento al simple deseo o parecer de
dichos firmantes. Y si no lo hacen así, simplemente aumentan y listo. Si la
culpa la tiene siempre el Gobierno.
Siempre
el empresariado fue un despiadado enemigo de la clase obrera y de cualquier política
que lo pueda beneficiar, hay en ellos un odio de clase descomunal como también
una cuestión ideológica. Y no se sabe cual esta primero. Pero están las dos,
juntitas juntitas,
Y
ahora no es diferente. Nos vienen haciendo lo mismo desde el 2008 con voraz determinación.
Aumentan porque es la forma de militancia política que tienen. No escriben en
los blogs, no hacen pintadas, no van a reuniones de comité o UB, tampoco van a
manifestaciones, por la simple razón de que tienen un arma para militar muy
poderosa: el aumento de precios.
Yo
me reúno periódicamente con mi grupo de amigos, todos furiosos anti K. Resulta que uno de ellos comentó en un
momento que la gente que trabaja haciendo números, como los contadores o los matemáticos
eran los más propensos a padecer el Mal de Alzheimer, algo que a los obreros no
les pasaría.
Y otro de mis
amigos, furiosísimo anti k acotó que en realidad el obrero vive permanentemente
con el mal de Alzheimer, “pero no lo sabe, no se da cuenta”.
¿Tengo
que describir el tono y el rictus con que lo dijo?
En
el aumento constante de precios hay mucho de avaricia, pero también de odio de
clase. Y es descomunal su intensidad.
Por eso es que va a fracasar, sostengo, este nuevo acuerdo de precios.
La
avaricia y el odio de clase se hermanan para apropiarse de una parte sustancial
de la renta y militar activamente en contra de un Gobierno que aplica políticas
populares, políticas que hace tanto tantos venimos reclamando.
Humildemente
propondría un cambio en las políticas orientadas a mejorar la participación del
asalariado en la renta, y ese cambio es crear una cadena de distribución y
venta. Una cadena de supermercados, bah.
No
le saldría barata al país una cosa así. Y ni que hablar del costo político que
le harían pagar al gobierno, pero en lo económico esa cadena se paga sola en,
pongámosle, 4 años. Y también en lo político, a la segura eliminación del
aumento de precios que supone tener una cadena de alcance nacional de puntos de
ventas, también “se paga solo”.
Y
ni hablar del poder de regulación de precios que tendría el Estado, o sea todos
nosotros, si a eso le agregáramos que Cristina se decidiera a volver a la vida
a la Junta Nacional de Carnes y la de Granos.
No
estoy solo en esta idea de los mercados populares, ni tampoco soy el creador,
seguro que somos muchos los que soñamos con una cadena de supermercados
Nacional y Popular, o al menos hay uno que ya lo está llevando a la práctica:
el Chino Navarro. ¡¡¡¡Capooooo!!!!
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