Estamos ahí nomás. Cristina termina su mandato el próximo 10
de Diciembre. Y me parece que somos muchos los que abrigamos la esperanza de
que vuelva el 10 de Diciembre del 2019.
Es sabido por todos que de ella, los que han hecho del
honestismo el “eje irrenunciable de sus vidas”, han dicho cosas que ni del
diablo se dicen. Han dicho y han hecho de todo para voltearla. A ella y al
modelo, o proyecto de país, como más me gusta decir a mí.
Lo más suave referencia que se ha dicho de “la chica que nos
gusta”, (MAK dixit) es su “profunda y visceral corrupción” cosa de la cual creo
que podemos afirmar, sus sostenedores no
han podido demostrar absolutamente nada. Ni ante el tribunal que se les antoje
ni mucho menos ante el país todo, como debieran haber hecho. Aunque en los
tribunales de Clarín y TN por supuesto que sí lo han “demostrado”.
Es muy grave una acusación de corrupto a un Presidente, por
lo tanto amerita que les podamos reclamar como mínimo una audiencia pública en
la Corte Suprema de Justicia televisada a todo el mundo en donde las pruebas
con que cuentan sus acusadores debieran ser mostradas al universo, si eso fuera
posible.
También, si es que tienen algo de honestidad, cosa que no creo,
deberían aceptar la premisa de mínima de que una acusación mediática si bien
puede ser disparadora de una investigación judicial es absolutamente rechazable
como prueba y veredicto de culpabilidad. Es inaceptable. Básicamente, por la
corrupción claramente implícita en esa pretensión de ser jueces que tienen los
medios como Clarín y La Nación.
Recientemente han salido a la luz claros hechos de
corrupción cometidos por el adalid del honestismo, Mauricio Macri y “sus
equipos”…de chorros. Y es ahí donde los eternos acusadores se acuerdan del
Principio de Presunción de Inocencia: “Hay que esperar que la Justicia
investigue para saber si fueron hechos de corrupción”. Cagate de risa.
Hago todo este recordatorio del pasado opositor reciente
porque quiero llegar a lo que me parece
es condición maravillosa de Cristina. Hace poco más de un par de años me atreví
a afirmar que Cristina, a la cabeza del kirchnerismo, se había dedicado,
consciente o inconscientemente, a deconstruir
a la sociedad argenta.
Dicho en criollo, les hizo caer la careta a muchos. Antes
parecía que la inmensa mayoría de la sociedad argentina estaba toda unida
detrás de valores comunes: trabajo y bienestar para todos. Bueno, creo que es
evidente que no era así la cosa. Basta repasar las pretensiones, por ejemplo,
del campeón mundial de los errores de carga, para advertir que sueñan con dejar
a 10 millones de argentinos sin trabajo y con sueldos paupérrimos a los que
logren conservarlo. Ajuste es la palabreja que trae esos “beneficios”.
Que Cristina ha
protegido el trabajo de todos los argentinos, está a la vista, aunque somos conscientes
de que es algo que es negado a rajatabla por el desenmascarado sector
biempensante argento. Pero hay un par de cosas que no las pueden negar, o,
mejor dicho, las pueden negar ya que no hay realidad que les haga cambiar de
parecer, pero quedan patéticamente en ridículo.
Y ese par de cosas son en el haber rajado al FMI, el desendeudamiento
del país y el enfrentar a los fondos buitres, a pesar de sentencias varias en
contra nuestro. Sentencias, elogiadas a rabiar por el cipayismo criollo,
emitidas por un biempensante, en este caso con un plus: es importado.
En ese par de cosas creo que podemos anotar también la
apertura de una sucursal del Mercado Central en la zona de Colegiales, (CABA)
que como muchos saben, vende a precios entre un 40 y un 60 % más baratos que
nuestros “honestos” supermercadistas.
Como toda buena madre, cuida la platita de sus hijos.
Sabemos perfectamente que este Gobierno no ha hecho todo lo
que debe ser hecho en este país, pero es muchísimo lo muy bueno que ha aportado
el FPV desde el 2003, pero todo eso mucho y bueno es negado sistemáticamente
por nuestra querida oposición. Y quiero agregar algo que para mí fue primordial
y tampoco puede ser negado por los iluminados criollos.
Y ese algo que me faltaba poner es que ni Néstor ni Cristina
nos han echado la culpa a nosotros, los trabajadores, de los problemas
económicos que Argentina siempre tuvo. Para ellos los sueldos no son
inflacionarios, tal como sostienen los Macris, Brodas y Melconianes. Nos
hicieron parte de la solución abriendo paritarias libres.
¿Y saben qué? Al protegernos a nosotros protegieron a
nuestra industria y a nuestros comerciantes. Y con el peso y el esfuerzo que
significa llevar adelante esos ítems, Cristina se tuvo que arreglar sin su
compañero y militante de toda su vida buena parte de su primera presidencia y
toda la segunda.
Yo siento que estos 12 años estuvimos en casa de mamá.
Abrigados, alimentados y siendo educados en la militancia de la mejor política
que es humanamente posible. Este año 2015 salieron 30 millones de argentinos de
vacaciones, detalle que confirma todo lo dicho más arriba.
Y no solo de abrigo, alimento y educación hemos sido provistos
estos 12 años. En el tema, tan caro a la oposición, de la “inseguridad”,
también estuvo presente, y muy especialmente: centenares de corruptos asesinos,
torturadores y ladrones de bebes y empresas han sido encarcelados.
Podemos andar mucho más tranquilos por las calles. Gracias a
Cristina madre.
No quedé muy conforme que digamos con la bajada de Randazzo,
pero quiero dejar bien claro que no defecciono, que voto a dos manos a Scioli,
pero no puedo evitar sentir miedo a que este proyecto sea volteado de la forma
que se suelen voltear los proyectos nacionales y populares cuando no se los
puede derribar mediante un golpe, llámese este duro, blando o mediático: desde
adentro.
Pasó con el sandinismo en Nicaragua y con el socialismo
europeo, transformados en brutales aplicadores de ajustes claramente inhumanos
y genocidas. Y a nosotros nos pasó con Menem. Creo además que no soy el único que está sintiendo
ese miedo. Lo que nos está costando llegar al 40% es clara muestra que hay un
sector muy grande la sociedad que está todavía evaluando si vota FPV o no. Me
parece.
Todo siempre está muy lindo, pero cuando entran a la Rosada
“advierten” que hay algunos “números que no cierran” y…el resto ya lo sabemos.
Dentro de todo, ya no falta tanto para saberlo. Pero ella va
a estar ahí. Ella, Cristina madre. Y no
es poco.
¡¡¡Como te vamos a extrañar, Cristina!!!
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