Diariamente asistimos a una descomunal
cantidad de denuncias de actos de corrupción cometidos, según los que las
hacen, por el gobierno kirchnerista. Y también asistimos a algo que es muy
fácil comprobar, y es que esas denuncias son tomadas por verdaderas por una
parte al parecer importante de la sociedad.
En realidad no sabemos a cuánto asciende
el porcentaje de personas que se creen a pié juntillas todas y cada una de las
acusaciones que hacen Clarín y La Nación y sus batallones de denunciadores. La
comprobación de mi afirmación de que hay sectores que toman como denuncias de
hechos de corrupción verdaderos, o sea que se han cometidos se puede hacer
fácilmente recorriendo los foros de noticias de los diarios denunciadores
seriales de corrupción: Nadie tiene la más pequeñísima duda de que es cierto
todo de lo que se acusa al Gobierno.
Nadie desde el kirchnerismo niega la
existencia de funcionarios corruptos, o, si así lo prefieren, de bolsones de
corrupción. Nadie, absolutamente nadie lo hace. Pero creo que hay alguna
diferencia con el hecho de afirmar, tal como lo hace por ejemplo, Lanata, que
este es un gobierno en donde todos son corruptos.
Las operaciones “anticorrupción” de los medios
hegemónicos comenzaron con acusaciones en contra de funcionarios de primera o
segunda línea, y me parece, a la luz de los resultados de las presidenciales
del 2011, que mucho beneficio no les dió a los denunciadores.
Por eso, ahora el blanco son Néstor y
Cristina. Que Néstor robaba y lavaba con empresarios como testaferros, que las
bóvedas, que la compra de jugadores de Racing, y vaya a saber qué “pruebas” más
tendrá guardadas en la galera el showman Lanata. Está visto que los opositores
van por todo: el kirchnerismo no tiene funcionarios corruptos, el kirchnerismo
es, un ente corrupto.
Ese es el mensaje. Mensaje que es tomado
al pié de la letra por ciertos sectores de la población, según se puede ver en
Internet. Ahora, ¿esto está bien? ¿Es una forma conveniente de vida tomar por
cierto todo lo que se denuncia? Sabiendo que los medios hegemónicos son
opositores, a pesar de que no se presentan como tal, sino como adalides de la objetividad,
la veracidad y la independencia, además de que “son absolutamente honestos,
puros y espirituales”, ¿por qué aceptan como verdades reveladas todo lo que
dicen?
Porque los medios como Clarinación son
opositores, por más que digan lo contrario. Es muy fácil desenmascarar a esta
“objetividad…”: prestando atención a las medidas económicas que defienden y
promueven. Son todas de neto corte derechista y neoliberal: ajuste,
devaluación, enfriamiento de la economía, rebajas de sueldos, eliminación de
las paritarias, “los salarios son inflacionarios”,etc.
Todo lo contrario a las medidas
defendidas y aplicadas por Cristina y su
Gobierno. Más claro, echarle agua. Pero el eje de este post es otro. ¿Es
posible y conveniente vivir en una sociedad en donde todo gire alrededor de lo
que dice un medio? ¿Es democrático y republicano que ese medio no acepte que se
debe aplicar la presunción de inocencia a todas sus acusaciones?
La presunción de inocencia que, por
ejemplo, Clarín reclama para sí por las acusaciones que pesan sobre ellos por
la obtención mediante robo de Papel Prensa. No tiene nada de democrático y
republicano la condena mediática. ¿Es posible vivir en democracia si todo lo
que deba ser considerado delito va a depender de la óptica de un medio y sus
periodistas y partidarios? No, para nada.
Pero sin embargo, vivimos en una
sociedad que ha decidido, al menos en parte, aceptar que un grupo de medios
maneje sus sentimientos y creencias, cagándose en ese principio tan fundamental
para poder seguir caminando por estas callecitas de nuestro país. Es, mal que les pese a muchos, un derecho
fundamental del hombre, y dije hombre, no dije militante o funcionario
kirchnerista, la Presunción de Inocencia.
La Declaración Universal de los Derechos
del Hombre, en su Artículo 11 dice:
“(…) toda persona acusada de delito
tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su
culpabilidad (…)”
Y el Artículo 8 de la Convención
Americana de Derechos Humanos dice:
(…) Toda persona inculpada de delito tiene
derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca su culpabilidad
(…)
Este derecho humano tan primordial, ya
que protege a todos por igual, ¿en qué parte es reconocido por los acusadores
seriales de Argentina? Este Derecho ha sido arrasado en la Argentina por estos
medios y sus “periodistas”, con el apoyo de algunos políticos, sindicalistas y
por miles de foristas en internet. Y que después, nos dan clases de democracia
y republicanismo.
Cualquier acusación que se haga en un
medio de prensa se ha transformado, por obra y gracia de la “objetividad e
independencia” de periodistas “veraces”, en una condena por demás firme e
inapelable. ¿Y por qué? ¿Hay algún
opositor que contradiga esto que estoy afirmando?
Dijo el ex Senador Hipólito Solari
Yrigoyen en una nota publicada en La Nación el día Lunes 15 de junio de 1998:
“El juicio público conforme a la ley,
con las garantías de defensa, carece de vigencia efectiva si el acusado es
condenado de antemano y en forma irreversible por una opinión pública de cuya
presión no todos los jueces son capaces de evadirse. Cuando la acusación se
identifica con la condena, la pérdida de la honra y de la honorabilidad es
definitiva y no hay para el acusado absolución tardía que pueda reintegrárselas”.
¿Qué van a decir si se comprueba que
todas las acusaciones son falsas?
¿Alguien en la opo mediática acusadora está
dispuesto a rebatir esto? ¿Hay algún lanatista que se atreva a decir que no
está comprendido dentro de este clarísimo concepto del ex senador radical
Solari Yrigoyen?
Recordemos a las profecías de esos
economistas opositores que se cansaron de pronosticar por todos los medios a su
alcance el “hecatombe económica kirchnerista”. ¿Le acertaron? No. ¿Pero les
creyeron? Si. Y condenaron a Cristina al infierno. Y pesar de que, ya está claro, mintieron, ¿cambiaron
su condena inapelable? No. Odio en su más pura acepción
Surge de manera natural una pregunta, ¿No es lógico suponer que esta presunción de
culpabilidad, de la que hacen tanta gala
en la oposición, no es el resultado de cualquier cosa menos de la honestidad y
el republicanismo?
Y sigo citando al ex senador radical:
“La Argentina tiene una penosa tradición
de no respetar la presunción de inocencia. En los largos períodos de
autoritarismo de su historia, ningún perseguido era inocente. Aunque no hubiera
contra él acusación ante la Justicia, lo que le hubiera permitido, al menos,
defenderse de las imputaciones, siempre hubo agentes o servicios de
informaciones que se encargaban de difundir las supuestas culpas de los
disidentes”.
“En
décadas despóticas recientes, cuando se ponía a alguien a disposición del Poder
Ejecutivo siempre era a causa de una falsa peligrosidad que se le atribuía. Nunca deberíamos olvidar que aquel oprobio de "por algo
ha de ser", que estaba en boca de tantos, sirvió para cubrir sin protesta
ni reacción los peores y más aberrantes crímenes”. Link: http://www.lanacion.com.ar/100091-la-presuncion-de-inocencia
No es muy difícil darse cuenta la
absoluta concurrencia entre lo que dice Solari Yrigoyen, que preside Nuevos
Derechos del Hombre, organización no gubernamental con estado
consultivo ante las Naciones Unidas, y la conducta de todos los acusadores de
este Gobierno. Link: http://ndh.org.ar/
Si respetaran
este Principio Universal, ¿podrían mantener el violentísimo “son todos chorros”
que llevan adelante los acusadores? ¿Podrían hablar con tanta seguridad y
presentar un decorado como “prueba” de la existencia de una “bóveda”? ¿Las
manifestaciones cacerolas serían con tanta virulencia? ¿Aceptarían las cacerolas
y sus mentores ser declarados culpables por una simple tapa acusadora de Página
12 sin derecho a ampararse en este principio jurídico esencial?
Una
digresión: ¿Lanata aclaró que su “testigo estrella” Miriam Quiroga no ratificó
ante la Justicia nada de lo que dijo en su programa? Para comprobarlo:
Tampoco todavía el Canal 13 ha
presentado, ante el requerimiento de la Justicia, las pruebas que sustentan la
acusación de que Néstor y Lázaro Báez lavaban dinero. ¿Se entiende? No han
presentado nada. Y sin embargo, ¿hay alguna duda de que todos, con Morales Solá
a la cabeza están convencidos de que no hay nada que probar?, basta y sobra con
lo dicho en PPT. Para enterarse con más detalles: http://joserubensentis.blogspot.com.ar/2013/05/a-un-mes-del-escandalo-de-la-ruta-del.html
Estos “adalides de la honestidad”
también dijeron que el Vicepresidente había viajado a la ciudad de Carmelo,
Uruguay con bolsos sospechosos de contener dinero robado. Y resulta que en el
horario del “viaje”, Boudou estaba con el Ex Presidente de Brasil en el Congreso Nacional.
Que cada uno saque sus propias
conclusiones.
¿Podemos
pensar que este flagrante desconocimiento de tan importante principio es inocente?
No, lo hacen a sabiendas. Lo que buscan es, precisamente, la condena mediática
e inapelable, máxime que estamos en año electoral. No existe la defensa de la
honestidad por parte de estos acusadores antidemocráticos, lo que existe es el
deseo de voltear a un Gobierno al que no quieren, al que critican por sus
errores, pero odian por sus aciertos.
Y que por el
odio que los maneja son peligrosísimos. Si llegan a ganar las elecciones
legislativas de este año, aunque sea por apenas un voto, van a profundizar aún más
la campaña en curso buscando tumbar a Cristina, amparándose en un “masivo
rechazo a su gestión”, cosa que se han cansado de repetir por todos los medios
y foros.
Y con respecto al odio descomunal que siente el lanatismo,
que mejor que recordar a Chomsky en sus famosas 10 Estrategias de Manipulación
Mediática (en este caso, la 6)
6 – UTILIZAR EL ASPECTO EMOCIONAL
MUCHO MÁS QUE LA REFLEXIÓN. (¡Son todos
chorros! Lanata dixit)
Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido crítico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos… (El remarcado me pertenece)
Cualquier semejanza con el
comportamiento del antikirchnerismo, no es para nada casualidad
A mí me
resulta evidente que estamos en un momento muy peligroso para las “mayorías
dictatoriales”, al decir del Bartolo Memitre hijo, y que es absolutamente
necesario implementar una contundente respuesta, que tiene que ser política, ya
que otra forma, me parece, no hay para
enfrentar esta demencial campaña que busca llevarnos de vuelta al criminal
ajuste, al 25% de desocupación con
sueldos irrisorios y hambreadores y a la
más absoluta desigualdad.
Una democracia
en donde un sector político se arroga la facultad de decidir quién es inocente
o culpable, no es una buena democracia. Es la batalla cultural más dura que
debemos enfrentar, ya que la penetración de los medios hegemónicos es
superlativa, y ayudados por el constante repetir y repetir, terminarán
instalando como verdad revelada “la corrupción de Néstor y Cristina”.
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