En el post anterior me metí, de puro caradurismo no más,
con el derecho natural y en lo que desemboca naturalmente, el individualismo.
Humildemente sostengo que el derecho natural que hoy,
como siempre, se manifiesta en el individualismo más extremista, es la vuelta
sin más a la época de las cavernas.
El ejemplo de lo que digo se está dando de manera muy
clara en Venezuela. Es evidente que en Venezuela hay severos problemas
económicos, pero el gobierno de Maduro viene de ganar la elección número 14 del
chavismo hace poco mas de 3 meses , a pesar de lo cual desde la oposición no se le reconoce
legitimidad.
Esta actitud esta en perfecta consonancia con lo que se
sostiene desde el iusnaturalismo: si un gobierno no se basa en el Derecho
Natural nada de lo que haga tendrá algún valor.
Que más del 50% del pueblo de Venezuela apoye al chavismo
no tiene el más mínimo valor. Barbarie pura. Solo la adscripción al más puro
derecho natural puede llevar a una persona a desconocer el derecho de las mayorías.
Individualismo extremo y barbarie están íntimamente conectados. Es más que obvio que todos
los ciudadanos tienen el derecho a
protestar en defensa de sus derechos, pero de ahí a acusar a un gobierno que
los viene derrotando en elecciones más que limpias, de dictadura es sin duda
una barbarie. Y como para que no queden dudas de lo que digo, exigen su
renuncia ya que entre otras consideraciones, sostienen que quienes apoyan al
chavismo son simplemente “comprados”, “cooptados”, unos "negros de mierda".
El chavismo gana las elecciones, pero porque lo vota
gente mala. Verdad indiscutible para los individualistas venezolanos que
muestra lo republicanos y democráticos que son.
Si la descalificación racista no es barbarie, que alguien
por favor se tome el trabajo de explicar cuál sería entonces la barbarie. El
individualista no puede considerar a los demás como seres pensantes, ya que eso
lo obligaría a aceptar la elección que a veces hacen las mayorías, que se han
venido inclinando últimamente por Gobiernos mal llamados populistas, ya que me
parece que la mejor definición va por el lado de llamarlos progresistas o
populares.
El Derecho Natural es de origen divino, y el gobierno de
Maduro, como el de Cristina, no respeta ese origen, en donde los dueños del
capital son además depositarios de todos los “derechos” emanados de tal código.
Pero, ¿Qué es lo tan anti natural o anti divino de los Gobiernos de Maduro y
Cristina? La inclusión, las políticas que impulsan que todos puedan tener su
parte digna de la torta.
Y claro que eso significa que hay que agarrar la torta y
un muy bien afilado cuchillo y repartir de nuevo, y si agrandas un pedazo, es
obvio que achicás otro. Y ahí está el génesis del odio de los signatarios del
derecho divino. Porque ese derecho divino solo es para algunos. De ninguna
manera es para las masas populares. ¿Qué es eso de amucharse y reclamar
derechos? (mas riqueza, hablando claro) ¿Qué dirían los signatarios de tal
orden si esas masas populares se arrogaran el derecho natural de apropiarse de
toda la riqueza? ¿O crear cooperativas en las empresas?
Lo que les pasa a los venezolanos es lo mismo que nos
pasa a los peronistas en Argentina, somos simples “comprados”, “cooptados” por
un choripán y un tetra, “no pensantes” en suma. El hecho de defender la
intervención del Estado en la economía, la democratización de los medios
audiovisuales, la inclusión, el pleno empleo, la industrialización, en suma, el
Estado de Bienestar, no es pensar, no es tener ideología, es ser simplemente
vendidos a “líderes corruptos y populistas”
Sostener ese tipo de argumentos, afirman los dueños de
Dios, que es “proponer la nueva política”. Es el eterno cáncer de la humanidad,
en realidad.
Es una posición ideológica basada en un endiosamiento del
individuo como principio y fin de todo en la vida. Desde el iusnaturalismo se
sostiene: que la legitimidad de las leyes del Derecho Positivo, esto es, el
conjunto de leyes efectivamente vigentes en un Estado, depende del Derecho
natural.
Desde este punto de vista, el que una ley haya sido
promulgada por la autoridad competente cumpliendo los requisitos formales
exigibles no es suficiente para que sea legítima.
Más claro, echarle agua. Maduro no les gusta. Cristina no
les gusta. Evo no les gusta. Perón no les gustó. No son “naturales”, no
respetan el orden “divino” (Hambrear y excluir a las mayorías) Por lo tanto, no
son legítimos. Es imposible más barbarie.
Recientemente escuché la siguiente conversación entre un
fabricante y un comprador:
Comprador: Me llevo uno.
Empresario: son $ 10,00.
Días después.
Comprador: Me llevo otro.
Empresario: Okey. Son $ 12,00
C: ¿Aumentó? (Que pregunta boluda)
E: Si. Y por culpa de Cristina.
C: De acuerdo. Mostrame la estructura de costos, así
puedo ver las pruebas de lo que decís.
E: No. No corresponde que te muestre mi estructura de
costos.
C: Pero soy yo el que te la solventa, el que la paga.
E: Si. Pero no.
C: ¿Y cuáles son las pruebas de que Cristina es la
culpable del aumento?
E: Lo que yo digo y que también dicen los medios.
Está claro que este diálogo es ficticio, pero que algún
acusador de Cristina me desmienta la absoluta realidad de esta situación. Este
simulado coloquio, pero que muestra una realidad muy actual en nuestro país, es
un ejemplo más del derecho natural en que se basa una parte importante de
nuestra sociedad, como son los empresarios y sus adláteres. Derecho natural que
por supuesto no aceptan que sea gozado por las mayorías. Para las mayorías sí
tienen muy a mano todos los límites creados y por crearse.
Millones gastamos nuestro dinero en sus productos, dinero
que les genera sus ganancias y riquezas, pero no tenemos ese más que básico
derecho a saber porque pagamos lo que pagamos. El Contrato Social no llega
hasta ahí. Ese, es territorio todavía bárbaro.
Y si no me creen, recuerden el
lapsus de Sergio Massa: Y no me vengan con versos de la teoría del
derecho!...
Por supuesto que no quieren saber nada
con esa enfoque del Derecho que amplía derechos y le pone límites a una visión
de la vida que termina en millones de seres humanos sin nada en la vida. No
quieren saber nada con la civilización, ni más ni menos.
Y no nos debemos olvidar del
ejemplo también más que conocido de que “los impuestos son muy altos” diario
verso de todos los beneficiarios del derecho divino, impuestos que están incluidos
en sus estructuras de costos, que nosotros, las mayorías, pagamos y ellos
evaden, ergo, se roban.
Sin dichos dineros, es imposible
tener Estado, tener Nación, disfrutar de la Civilización que permite, entre
tantas otras cosas, poner una empresa y ganar dinero.
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