Todos sabemos de cómo se vendió el macrismo para
ganar las elecciones presidenciales del 2015. La síntesis, muy lograda por
cierto, fue el súmmum de la creatividad en política: “La revolución de la
alegría”.
Pero la gestión de la lacra se encargó, desde el
mismo 10 de diciembre del 2015 de desmentir eso. Ipso facto se cargaron la Ley
de Medios, ley absolutamente constitucional por donde se la mire, que fue
aprobada por el Congreso a posteriori de más de 300 audiencias públicas a lo
largo y ancho del todo el país.
Lo que deja en claro que el problema no era su
“inconstitucionalidad” sino que tocaba los intereses del poder real, en este
caso, el mediático, con Magneto a la cabeza. El mismo tipo que ahora se quedó
con los dos satélites hechos con la plata de todos, (jeje, “la plata de todos”:
¿les suena, queridos biempensantes?) y sin pagar un peso.
Siendo todo el gabinete comprador de la operatoria
dólar a futuro, incluida la lacra mayor, devaluaron casi el 50%, a pesar de que
una de las promesas de campaña fue precisamente que no iban a devaluar.
En fin, el tema es que al día de hoy, la inflación
es del 43% y los aumentos de salarios fueron del 30% lo que llevó a perder más de 10 puntos en el poder adquisitivo de nuestros salarios.
Este breve repaso es para intentar llegar al eje ya
no tan oculto de la política de la lacra gobernante. Ese eje siniestro, que es
el racismo más acendrado y la persecución política más grande y virulenta que
hayamos visto, ha quedado a la vista. Y tal como en el 55, la barbarie tiene
nuevamente nombres propios: Cristina Fernández y Milagro Sala.
“A la mayoría de los
argentinos nos pareció que había una cantidad de delitos importante cometidos
por Sala, y que ameritan las causas que tiene abiertas.” Esto dijo Macri muy
suelto de cuerpo y sin ponerse colorado el muy lacra.
O sea, ahora, en
plena etapa de republicanismo puro, santo y lleno de almas de cristal y coso
(Rinconete dixit) a una persona se la mete presa por los presuntos resultados
de una encuesta.
¿Qué Milagro no es
una presa política? Miren lo que pone el juez que la mantiene presa: “Quienes estamos en el fuero penal y
conocemos del tema, sabemos que todo se resuelve en el debate del juicio,
entonces es llamativo que no quieren llegar al juicio, mostrar las pruebas que
tienen de descargo y probar
la inocencia de Sala.”
¡¡¡Probar inocencia!!! No se prueba inocencia, se
prueba culpabilidad, manga de corruptos. En un país en donde un violador como
el cura Grassi sigue libre a pesar de la condena confirmada en 2da. instancia y
ganó la presidencia un tipo procesado por delitos muy graves me dicen que
Milagro debe estar presa porque “puede entorpecer la investigación”. Por favor,
no nos tomen por tan pelotudos.
Siempre tuve la esperanza de que metieran la pata
estas lacras, y pareciera que poco a poco se está acercando el momento en que
Macri se va a mandar la gran cagada que lo va a eyectar del sillón de Balcarce.
(Por el perro lo digo)
¡¡¡¡Un juez penal de la Nación!!!!, Pablo Pullen
LLermanos, dice, se confiesa en realidad, que Milagro Sala debe probar su
inocencia. Confiesa que Milagro es una presa política, puesta ahí para
disciplinar a la protesta que se avecina ni bien profundicen el brutal ajuste
“gradual” que están haciendo.
“¿Lo ves? Si protestas te metemos preso y nos
cagamos en los Derechos Humanos y la Constitución delante de todo el mundo”.
Eso nos están diciendo.
Clara y contundente muestra del más puro y violento
racismo. Racismo que está siendo exhibido de manera cada vez más intensa por el
macrismo. Lo hizo Baby Echetcopar recientemente como también lo hizo la
“conductora” de TV Pamela David en su programa: “La familia de Macri es blanca,
hermosa y pura”
¿Están definitivamente entregados a blanquear su
odio clasista? En parte sí. Pero no es la parte más importante. La parte más
importante es que están usando el racismo para ganar las elecciones
legislativas del 2017.
Tiene el PRO un núcleo duro de entre el 25% y el 30%,
pero hay en ese tercio que decide una elección un fortísimo componente racista,
y ahí están apuntando, y me parece que en el kirchnerismo todavía no lo han
advertido.
Van a ganar las legislativas del año próximo
apelando al racismo, a su viejo y tradicional lema de “son todos vagos”. Ya lo
adelantó el furioso militante antigay, Diputado del PRO, Alfredo Olmedo en la
reciente sesión parlamentaria por la Emergencia Social.
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