Todos recordamos el video en donde se ve al hijo de Lázaro
Báez, Martín, contando dinero en la financiera que con gran acierto los medios
hoy furiosos oficialistas, antes también furiosos pero opositores, bautizaron
como “la rosadita” y que fue usado como “prueba” de la corrupción de Cristina y
de todos los militantes kirchneristas, ¿verdad?
También podemos mencionar el video en donde se ve a
militantes de la Túpac Amaru dirigida por Milagro Sala retirar 14 millones de
pesos de un banco, video que tuvo el mismo destino que el de Martín Báez:
“prueba irrefutable de la corrupción k”
Y nada se pudo hacer en contra de la instalación de ese
“sentido común”. Incluso, en el caso de Milagro Sala se mostró también como
prueba que en su casa fueron encontrados 30 bolsos “con olor a dinero” y una
máquina de contar billetes.
Todos esos elementos, mas las propiedades que se le
encontraron a Lázaro Báez, son elementos que “prueban de manera indiscutible la
corrupción imperante durante la larga noche kirchnerista”. A Báez se lo acusa
de haberse enriquecido con la obra pública, delito si los hay, delito que por
supuesto los Macri no cometieron, ya que enriquecieron en otro tipo de activi…ah
no, pará, pará…mala mía, che.
El hecho de que
Milagro haya usado esos millones que recibió mediante operaciones bancarias, de
las que como todos sabemos, quedan constancias escritas, para construir centenares de viviendas a más de
talleres, cooperativas, escuelas y un centro de recreación, ¿a quién le
importa? Ahí están esos millones. Lo que
importa es Milagro o Martín Báez contando millones. Eso es corrupción. Pero
solamente en el caso del kirchnerismo.
¿Qué porque lo digo?
Es de público conocimiento el caso Odebrecht, en donde fue
posible conocer a través de un operador de ese empresario que en Argentina se
recibieron coimas procedentes de ese corrupto por valor de 35 millones de
dólares. Y que el receptor de al menos una suculenta parte de esos dinerillos
es el actual jefe de la AFI, Gustavo Arribas.
Desde el principio ese hecho fue negado tajantemente
mediante versiones que fueron cambiando según los elementos que fueron
surgiendo. Pero hete aquí que ha aparecido un video del tal operador Meirelles
en donde de manera clara y contundente dice que le pagó sobornos al tal
Arribas, alter ego de Macri. (Macri dixit, ¿eh?).
También debemos decir que dicho empresario había solicitado
al Gobierno de Cristina variar el precio de la obra del Soterramiento del
Sarmiento de 2300 millones de dólares a 3000, pedido que fue rechazado sin
preámbulos por la chica que nos gusta.
Cosa que no sucedió cuando ese pedido se lo hizo a Mauricio
Macri. La obra pasó de la noche a la mañana de 2300 a 3000 millones de dólares,
tal como pidió Odebrecht, socio de la lacra que tenemos de presidente. Es obvio
que unos delincuentes como Meirelles y Odebrecht pueden estar mintiendo, y
mintiendo por supuesto que para zafar, aunque el empresario está preso y
condenado a 19 años de cárcel por coimero, precisamente.
Pero pasa que el pagador Meirelles presentó también los
comprobantes de los giros bancarios del dinero usado para coimas en Argentina.
Porque es obligatorio presentar pruebas documentales de lo que se dice, si no
nada de lo que diga el “arrepentido” tiene valor jurídico.
¿Y qué dicen nuestros queridos macristas? Incluida la Cámara
de Casación Penal, por supuesto.
Que dicho video y ticket de transferencias bancarias no
sirven para nada, no son pruebas de nada.
Y lo mismo pasó con el audio de Michel Temer ofreciendo
sobornos. Y lo traigo a colación porque considero que Temer es el Macri de
Brasil. Ambos son de derecha neoliberal, y de ambos hay pruebas hechas públicas
de su corrupción.
Pero no, si alguien quiere pruebas de corrupción que vea los
videos de Martín Báez y Milagro Sala contando dinero. Eso sí que son pruebas de
corrupción, che.
Lo mismo está pasando con el tema de la represión. Mientras
que acá en Argentina nuestros biempensantes se horrorizan con los enmascarados
en los piquetes a la vez que justifican la represión nos refriegan en la cara
la represión que está llevando a cabo Maduro en Venezuela.
Represión llevada a cabo, precisamente, contra enmascarados
que arman barricadas, incendian edificios públicos, tirotean a las fuerzas
policiales y matan chavistas.
Enmascarados buenos, por supuesto.
Recomiendo este blog del escritor Marco Teruggi, con
crónicas de la Venezuela bajo fuego del imperio:
Y en este video podrán “comprobar la corrupción” de Milagro:
https://youtu.be/sZMZCyr9pWY
Y no es todo. Hace pocas semanas fue detenida en Brasil
Danna Baez, dirigente del…PRO con 5 kilos de cocaína de máxima pureza, al decir
de la Justicia brasileña. Y de forma más reciente fue detenido otro dirigente
del PRO con 1500 kilos de marihuana.
Pero por supuesto, que esos hechos no prueban, para el “sentido
común” del biempensante argento la corrupción del PRO.
La corrupción galopante de la lacra gobernante también la
podemos ver en la desaparición forzada de Santiago Maldonado, militante por los
derechos de los pueblo originarios llevada a cabo por la Gendarmería en Esquel,
Provincia de Chubut.
Resulta que a partir de la desaparición de Santiago nos
enteramos que existe la guerrilla mapuche, que armada de serruchos, martillos,
hachas, un rollo de alambre y 20 dólares busca “instalar el imperio mapuche”. Mediante el terrorismo, por supuesto.
Y eso a pesar de que a Santiago lo llevó un camionero hasta
la ciudad de Bariloche, y que luego apareció en un video de una estación de
servicio en la Provincia de Entre Ríos y
de que en la ciudad de Gualeguaychú hay
un barrio en donde todos se parecen a Santiago.
La seriedad de nuestro periodismo ha quedado fuera de toda
duda.
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