Yo no voté por Néstor en el 2003 porque realmente estaba más
que desilusionado con la clase política que había dirigido el país hasta
entonces. Pero me pasó que habiendo transcurrido un par de semanas, advertí que
Néstor Kirchner no nos había hecho culpables de los problemas económicos a los
laburantes. Inédito suceso en los últimos 30 años.
Y me hizo resurgir la esperanza de que no todo estuviera
perdido. Igualmente siendo yo, para esa fecha, un tipo de mas de 50 años, no
esperaba mucho, mas bien nada, de los políticos argentos, por lo tanto, Néstor
me ganó el corazón con el solo hecho de no culpabilizarnos de los problemas del
país, sino que nos reconoce como una clase social en severos problemas y
comienza a obrar en consecuencia.
Con esa actitud, yo ya me di por hecho en lo ideológico.
Pero como todos sabemos, la cosa no terminó en mejorar la cuestión salarial, si
no que se siguió avanzando. Por ejemplo: radarización de todo el país,
construcción de viviendas, escuelas y rutas, repatriado de científicos que habían
emigrado a “lavar los platos” a otros países, desendeudamiento. En suma, aplicó
políticas soñadas durante muchos años por los que estamos en la vereda nacional
y popular argentina.
Y de ninguna manera estoy reclamando la perfección para el
kirchnerismo. Estoy muy lejos de semejante cosa. Simplemente hago una reseña
muy sucinta, pero de cosas muy importantes para nosotros, los populistas. Cosas
que sin duda alguna son beneficiosas para todo el país, para todas las clases
sociales. Es algo que se puede advertir en el aumento casi exponencial de la
ventas de autos 0KM que se fue dando durante estos ya casi 12 años. O en las
muy grandes ganancias que han obtenidos las empresas.
Insisto: el kirchnerismo ha sido beneficioso para todas las
clases sociales del país. Pero nos odian. Los más beneficiados nos odian.
Descomunalmente.
¿Y a que se debe? Repito, no creo que el kirchnerismo sea la
perfección. Pero tampoco es el proceso genocida corrupto y ladrón de los
milicos. No es ajustista tampoco, aclarando que hay que entender por ajustista
a dejar a millones de personas sin trabajo, salud y educación. Sin posibilidad
de tener un proyecto de vida, en suma. Pavada de diferencia.
Es muy común escuchar justificar su oposición a este
Gobierno con que “ayuda a vagos”. Y lo hacen segundos después de criticarlo
porque “no hace nada por los pobres”. Es cierto que hay un cepo cambiario, que
sin duda a molestado bastante. Pero es mentira que no se pueden comprar divisas
para poder viajar. La intención del Gobierno fue muy clara: defender las
reservas evitando que se compren dólares con dinero evadido al fisco.
Este hecho, elevó a niveles nunca vistos el odio que sienten
hacia nosotros. Yo no digo que sea una medida simpática, pero no le ha cagado
la vida a nadie. Sin embargo ese odio
que sienten por nosotros no lo sienten por los militares genocidas y
torturadores. Tampoco lo sienten por EEUU que bombardea indiscriminadamente en
donde se le antoja. Con buenas excusas, eso sí.
No, el odio es para nosotros solamente. Basta hacer una
escuela, asegurar un mínimo de dinero a un desocupado, dar asistencia médica
gratuita, o aunque solo sea enunciar estas medidas y el odio mas descomunal se
dispara incontenible.
Insisto en que no reclamo la perfección para los Gobiernos
kirchneristas, pero no creo que sea posible acusar al kirchnerismo de ser el
mal absoluto. Recientemente un amigo, furioso anti k, me dijo que lo que más
odiaba en la vida era al peronismo. No me dijo cuales eran las causas, pero son
fáciles de adivinar.
Es obvio que el peronismo tiene algunas cosas bastantes
oscuras en el pasado reciente lopezreguista o el mismo Perón, con la clausura
del diario La Prensa, pero son cosas que están a millones de años luz de todo
lo hecho por el kirchnerismo y me estoy refiriendo a aquello que pueda ser
llamado como malo o error en el accionar de Néstor y Cristina. El kirchnerismo
no tiene un López Rega que ande masacrando gente de la oposición por las calles
ni ha cerrado ningún diario. Ni mucho menos.
Pero nos odian. ¡¡¡Y cómo!!!
Siempre que la derecha se encuentra en la oposición a un
Gobierno Populista fuerte, recurre a su caballito de batalla preferido: la
corrupción. Es asombroso el nivel de indignación del anti k por la “corrupción
k”. A la vez que se guardan para sí el monopolio del republicanismo. Solo ellos
son republicanos en Argentina. Unos republicanos bastante llamativos en verdad,
ya que jamás le han reconocido al kirchnerismo el Principio de la Presunción de
Inocencia.
Sale en tapa de Clarinación que un fulano k es corrupto, y
no hay nada que pueda cambiar la certeza absoluta de que así es. Eso no es ser
republicano, es simple y sideral odio. Y hace tanto tiempo que me pregunto el
porqué.
Y lo hago, al igual que tantos, porque de ese odio es seguro
que nada bueno va a salir. Porque estoy absolutamente convencido que tan malos
no somos así como que los anti k tan buenos como dicen que son, no son. Hay en
ellos, sostengo, un marcado odio de clase. Gigantesco. Y muy peligroso.
Y de ese odio no somos responsables nosotros. Ese odio es
mérito absoluto del anti k. Es en vano buscar en los errores o el cepo al dólar
del kirchnerismo la causa de ese odio, hay causales que no están a la vista,
que no conocemos, que están ocultas.
Estos repúblicos en su mayoría se consideran cristianos,
pero sin embargo, odian a los pobres, y odian a quien les da una mano, tal como
hace este Gobierno. Hay que escucharlos con que virulencia reclaman por los
“planes” que el GN entrega “a los vagos con nuestra plata” y luego se van a
misa.
¿A qué? ¿A pedirle a Cristo que elimine a los pobres? ¿Qué
no reciban más ayuda? ¿Qué voten a los que los van a hundir aún más en la
miseria?
Cuando piden “ayuda para los pobres”, ¿quiénes se piensan
que son los pobres? Pues pareciera que los pobres a los que se refieren fueran
de otro planeta, ya que “los vagos planeros” serían simplemente ricos. El odio
no les deja entender (tal vez) que esos “vagos” son simplemente los pobres que
deben ser ayudados.
Y no sé que van a hacer a la Iglesia, ya que Jesús hizo una
muy clara y contundente opción por los pobres, por lo tanto, oponerse a que un
Gobierno ayude a los pobres, o sea,
darles hospital, casa, vivienda y salud,
es anti Cristiano, concretamente, diabólico.
Si odian al populismo por ayudar a los pobres, es muy
visible con quién están entonces. Estos odiadores acusan al populismo, por el tema del “gasto
público”, de ser demagogos y a quienes son beneficiarios de ese “gasto” de ser
una masa clientelar, de ser personas que apoyan a un Gobierno y sus políticas a
cambio del “favor” de “mantenerlos”.
Pero resulta que si miramos con un poco de atención no mas,
nos vamos a encontrar con dos casos muy emblemáticos de clientelismo, y no
precisamente entre “los vagos mantenidos por la corrupción k”: el “deme dos” de
los milicos chorros y genocidas y el 1 a 1 de la rata traidora Menem.
Esas sí que fueron prebendas demagógicas, y que le costaron
mucho al país. Mientras que el “gasto público” es dinero que se utiliza para aumentar el
consumo y por ende mejorar la economía del país, las dos prebendas referidas más
arriba terminaron mejorando la economía de EEUU y de Europa y arruinado la
nuestra.
Es fácil advertir que el famoso “gasto público” que tanto
les molesta a estos odiadores profesionalizados no es otra cosa que Inversión
Social, mientras que los regalos que recibieron los que hoy se santiguan por la
“demagogia populista” son asociados a una economía “bien manejada”
Una simple transferencia o proyección sicológica la de esta gente, como ellos apoyaron (y
apoyarían nuevamente) por caras prebendas económicas que además hundieron al
país, creen que nosotros hacemos lo mismo.
Como estos “biempensantes” solo tienen intereses, les
resulta imposible aceptar que tenemos ideología y que es en virtud de ella que
somos populistas.
Nos odian, y nos acusan de corruptos. Pero resulta que se
acaba de conocer una lista de 4040 cuentas en Suiza pertenecientes a argentinos
no declaradas al fisco nacional. Han despotricado contra el GN hasta el
cansancio por “la fuga del dinero k”, con el caso del empresario Lázaro Báez
como ariete principal y resulta que su periodista estrella, Lanata, sale a
decir que el no va a criticar a los empresarios que se robaron, prima facie,
65.000 millones de pesos al Estado. Robada a todos en realidad.
Siempre se sospechó de que estos adalides del honestismo se
fugaban las divisas no declaradas al exterior, solo que ahora hay pruebas,
pruebas de que los corruptos son los empresarios acusadores, encabezados por
Clarín y no el Gobierno Nacional.
De la “corrupción” kirchnerista solo hay tapas de Clarín
como pruebas, en cambio de la corrupción de las clases altas argentinas ya hay,
exactamente, más de 3000 kilos de documentación, que el juez independiente al
que le tocó la causa se negó a recibir.
Y parece que hay más. Ha aparecido otra arrepentida con
datos al parecer sobre varios miles de cuentas más de argentinos en paraísos
fiscales. Se está poniendo linda la cosa en el año del pato rengo.
Y después además acusan al GN por la inflación. Esta fuga y
evasión es clara prueba de la catadura moral de estos empresarios, catadura con
la que también manejan el tema precios de los productos que fabrican y
comercializan. Ergo, provocan la inflación para recuperar lo que ceden de la
renta nacional en las paritarias y así robarse más dinero aún, pero echándole
la culpa a Cristina, por supuesto.
Veremos si el kirchnerismo logra manejar bien este tema.
Tema al cual deberían agregar los dos atentados ferroviarios de Once y el de
Castelar. Y creo que la pregunta del título va a quedar sin respuesta. No somos
lo mejor, pero tampoco, y muy lejos, somos lo peor, pero nos odian
descomunalmente.
Pero me atrevo a decir que nos odian porque ellos sí son lo
peor que puede dar la raza humana.
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