Desde siempre la derecha le ha dicho no a la
intervención del Estado en la economía. A menos que sea para reprimir, ahí si
les gusta que el estado intervenga. Una de las excusas que dan es que la
desaparición del Estado (ya que de eso se trata la “no intervención”), va a
permitir el “progreso de la nación”, o sea, más civilización.
Falacia total.
La desaparición del Estado es, sin posibilidad
alguna de dudarlo, la barbarie. Es ya viejo el ataque al Gobierno proveniente
de los sectores concentrados del campo, a la que se suman los oligopolios y los
medios hegemónicos, centralizado en la necesidad de “no dañar al campo”, de “no
perseguirlo”, en suma, de no cobrarle impuestos.
El famosísimo argumento de “que los impuestos son
muy altos” lo conocemos todos, y serían además los que impiden el famoso
“derrame” del que se llenaba la boca en los `90 el neoliberalismo se basa en el
concepto de que el campo no tiene que pagar impuestos ya que tiene, al igual
que cualquier empresario, el derecho a quedarse con toda la renta generada por
su propiedad por que es lo natural.
Y no solo de la renta estamos hablando, ya que
evaden, ¡¡¡y cómo!!! Los impuestos, que según afirman “pagan ellos” cuando en
realidad los impuestos están incluidos en las estructuras de costos de los
productos o servicios que se venden. Por lo tanto, los pagan los que compran.
Más claro: es de ellos solos, campestres y
empresarios, el mérito de la riqueza generada en el país. Sostengo que para
nada es así. Y repito, esa posición sustentada por los “meritorios” es simple
barbarie, y que se basa en lo que se conoce como Derecho Natural.
El
Derecho Natural transforma al individuo en un absolutista, un ser
independiente, ilimitado que excluye cualquier relación. Esa forma de ser de la
persona lleva irremediablemente a la desaparición de la raza humana por tener
como consecuencia natural a la guerra. No por nada, en la sociedad moderna al
derecho natural se le antepuso un orden artificial.
Decía Hobbes (pensador
absolutista cristiano): …el derecho natural es equivalente a la libertad total
que cada hombre tiene de usar su poder, propio del estado de naturaleza, hecho
que lleva finalmente a la guerra.
Y es esa libertad total la que reclaman
“el campo” y los empresarios y medios “objetivos, veraces (voraces) e
independientes”. Esa libertad total solo puede conducir a que una nación quede
reducida a escombros con muy pocas casas y vidas en pié.
Volvamos a Hobbes: Y es por consiguiente un
precepto, o regla general de la razón, que todo hombre debiera esforzarse por
la paz, en la medida que espere obtenerla, y que cuando no puede obtenerla,
puede entonces buscar y usar toda la ayuda y las ventajas de la guerra, de cuya
regla la primera rama contiene la primera y fundamental ley de la naturaleza
que es buscar la paz y seguirla; la segunda, la suma del derecho natural, que
es defendernos por todos los medios que podamos. De esta ley fundamental de la
naturaleza, por la que se ordena a los hombres que se esfuercen por la paz, se
deriva la segunda ley: que un hombre esté dispuesto, cuando otros también lo
están tanto como él, a renunciar a su derecho a toda cosa en pro de la paz y
defensa propia que considere necesaria, y se contente con tanta libertad contra
otros hombres como consentiría a otros hombres contra el mismo.
Sin duda alguna, los que están en la
oposición hoy día no tienen la mas mínima intención de mejorar nada de lo que
falta o el kirchnerismo puede haber hecho mal, si no que quieren el derecho y
la libertad absoluta, sin ningún deber que cumplir. Y para el resto, todas
obligaciones.
El peronismo, y por lo tanto el
kirchnerismo, es un partido absolutamente policlasista, por lo cuál no es
posible, sostengo, acusar de hacerle la guerra a nadie, (a menos que regular la
economía sea hacer la guerra) solo hablamos de inclusión, algo que a los que
quieren vivir con todas las libertades sin límite, o sea aquellos que no
quieren al Estado y mucho menos pagar impuestos, si se los puede acusar.
¿O acaso los sectores anti-Estado aman al
obrero o al pobre en general? ¿O no son racistas y prejuiciosos? ¿Cómo se
refieren a nosotros, los peronistas? Vaaaaaaamooooooosss!
La llamada especulación de los campestres por
la retención de parte de la cosecha, no es tal, en realidad es una simple y
clara declaración de guerra.
Suelen utilizar también otra gran falacia:
“Argentina vive del campo”. Desde lo más básico se puede afirmar que cada uno
vive de su trabajo, ya que si lo tiene es porque es absolutamente necesaria la
presencia de su fuerza laboral. A menos que nos quieran convencer de que las
patronales están haciendo beneficencia.
La nación existe porque es un trabajo
diario y colectivo. El tipo que cultiva el campo lo puede hacer porque hay en
la ciudad una persona que recoge los residuos todos los días, mal que les pese
a todos los campestres. ¿Cuánto tiempo cree “el campo” que pueden subsistir las
ciudades sin sucumbir a variadas enfermedades sin la recolección de residuos?
¿Quién les va a reparar las rutas para que
saquen sus cosechas? ¿Quién los va a atender en los hospitales privados? ¿Quién
los va a atender en los puertos? ¿Quién les va a fabricar las maquinarias que
necesitan? ¿Quién les producirá el combustible necesario para sembrar y
cosechar?
¿Hace falta seguir? No existen en la
realidad de ningún país los compartimientos estancos.
Solo es legítima su ley. La “ley del
mercado”. O sea, la ley del campo y los empresarios, ya que ellos, y solo
ellos, son “el mercado”.
Para más claridad: Desde el punto de vista de la filosofía del derecho, el
iusnaturalismo (a veces se escribe "jusnaturalismo") mantiene que la
legitimidad de las leyes del Derecho Positivo, esto es, el conjunto de leyes
efectivamente vigentes en un Estado, depende del Derecho natural.
Desde este punto de vista, el que una ley haya
sido promulgada por la autoridad competente cumpliendo los requisitos formales
exigibles no es suficiente para que sea legítima. La posición contraria es el positivismo
jurídico o iuspositivismo.
Recordar la 125 y la
Ley de Medios.
John Locke, opositor al
pensamiento de Hobbes en gran medida, nos legó algunos aportes que me parecen muy
actuales:
“Por consiguiente, siempre que cierta cantidad de
hombres se unen en una sociedad, renunciando cada uno de ellos al poder
ejecutivo que les otorga la ley natural a favor de la comunidad, allí y sólo
allí habrá una sociedad política o civil”.
¿Lo quieren hacer “el
campo” y “los mercados”?
Un poquito más de Locke: “De
lo cual se puede deducir que la monarquía absoluta, (Se dirige a
Hobbes) que algunos consideran como única
forma de gobierno posible, es, de hecho, incompatible con la sociedad civil, y,
por tanto, que no es una forma de gobierno civil absoluto. El fin de la
sociedad civil es evitar y remediar los inconvenientes del estado de naturaleza
que se siguen precisamente cuando cada hombre es juez y parte en sus propios
asuntos, y ese remedio lo busca en la instauración de una autoridad reconocida,
a la que cualquiera pueda recurrir cuando sufre una injuria, o se ve envuelto
en una disputa, y a la que todos los miembros de la sociedad deben respetar.
Allí donde existan personas que no disponen de una autoridad a la que apelar
para que decida en cualquier diferencia que pueda surgir entre ellos, nos
encontramos todavía en el estado de naturaleza. Y eso es, precisamente, lo que
ocurre con cualquier príncipe absoluto en relación a aquellos que están bajo su
dominio”.
Cambien monarquía y al
príncipe por “el campo” y “los mercados” y agreguen la bondadosa compra de
dólares por parte de Shell y verán que parece escrito en enero del 2014.
El enemigo creo que
esta visibilizado, tal vez no lo suficiente, no nos confiemos, pero también es
cierto que estamos desmovilizados, y eso es muy peligroso. Si algo de bueno
tienen los cacerolos es que a pesar de los últimos fracasos, siguen intentando
repetir aquellas caceroleadas gigantes.
Los que quieren la
desaparición del estado, “los mercados”, la barbarie en suma, no se privan de
nada. Por ejemplo, la nota de hoy, 9 de Febrero, de Mariano Obarrio en La
Nación “informándonos” que el Papa había convocado al diálogo al Gobierno,
sindicalistas y empresarios, “preocupado por la tensión en el país” resulto
mentira, una más.
Están acostumbrados a
mentir. Por caso pongo: “el peso se desvaloriza, por eso aumentan los precios”
Y no es así, es a la inversa, el peso de desvaloriza porque esos entes, hasta
ahora sin rostro, (¡¡Gracias a los afiches de la Cámpora!!) “los mercados”,
aumentan sus precios en un mismo porcentaje que la devaluación y sin mostrarnos
los cálculos científicos que lo justifiquen ni sus estructuras de costos.
Es así como nos pueden
robar y destruir de paso al Gobierno.
¿Tenemos derecho de
pensar que TODAS las acusaciones de corrupción hechas contra este Gobierno y
los “finales de ciklo” son mentiras? Sostengo que sí.