Para cualquiera que ingrese a los comentarios de
cualquier medio on-line podrá fácilmente comprobar el nivel de odio y
agresividad que vomitan a diario tanto los periodistas opositores como los
foristas que en ellos escriben.
Soy desde hace poco más de dos años forista en La
Nación, con el mismo Nick con el que escribo esto, y puedo dar fe de esta
aseveración. No se le escapa a nadie que tenga dos dedos de frente, que ninguno
tiene la verdad revelada, que en realidad somos dueños de una verdad relativa,
esto es, una verdad que explica una parte de la realidad.
Es obvio, por lo tanto, que yo en mis opiniones
puedo tener una pequeña o muy grande cuota de equivocación, pero que no puedo
estar equivocado totalmente. Y este razonamiento vale también para todos los
opositores.
Sin embargo, más allá de las diferencias que se tienen en este momento con
la oposición, a la que le reconozco su cuota de razones, pero a la que no le
puedo aceptar el descomunal odio y el
permanente vómito de descalificaciones y prejuicios al que nos someten a
diario, jamás algún rabioso forista opositor a reconocido alguna cosa buena en
el Gobierno o alguna cualidad en quienes lo defendemos.
Más claro: somos el mal absoluto, y ellos, la
santidad total. Creo que es justo decir que es una posición extremista,
lindante con el terrorismo. Ejemplo: basta que una acusación sea hecha por los
medios opositores a algún funcionario, para que todos, periodistas y foristas,
al unísono, salgan a dar por cierto dicha acusación, y decretar, ipso facto, la
indiscutible culpabilidad del mismo. (San
casualidad siempre trabajando a destajo).
Culpabilidad que no aceptaron de ninguna manera
cuando Mauricio Macri fue acusado de asociación ilícita por el caso de las
escuchas ilegales. Repito: el mal absoluto somos nosotros y ellos, la santidad
total. Extremismo puro.
Ahora, no creo que toda la sociedad que forma parte
de la oposición pueda ser acusada de extremista, sostengo que son minorías, muy
politizadas, muy dadas a la violencia verbal y física, pero minorías.
Recientemente hubo una marcha que a mi juicio estuvo en su mayoría conformada
por este tipo de gente, ya que una de sus “consignas” era que estamos en una
“diktadura”, a la que adobaron con insultos de todo tipo a Cristina: “puta”,
“yegua”, “chorra” “medicada”, “bipolar”, “corrupta”, “morite” etc., etc., etc.
No está de más recordar que también se arrogan para
sí mismos la condición de cultos. Pero, bueno, en cualquier marcha hay
insultos. Lo que a mí me llama la atención es la profunda cerrazón y odio que
los motivan.
No encuentran nada positivo en nadie que no sean
ellos mismos. Pero no existe eso, algo de bueno siempre es posible encontrar
aun en aquellos gobiernos que no nos gustan. Yo humildemente sostengo que los
Gobiernos de Néstor y Cristina tienen muchísimo de bueno, además de la
intención de seguir haciendo cosas muy buenas para cambiar la triste historia
de nuestra patria. Pero sin embargo, desde los medios hegemónicos siguen
insistiendo con la misma política de demonización de todo lo que sea
kirchnerismo.
Pero son
minorías los que están en tan extremistas posiciones. ¿Qué buscan? ¿Aumentar la
cantidad de partidarios? Puede ser, ya que por ese camino pueden llegar a ganar
las elecciones presidenciales. Pero si es eso, ¿por qué les molesta tanto una
posible re-re de Cristina, que, es preciso aclararlo, de ninguna manera está
planteada desde el gobierno?
La apuesta a conseguir la mayoría en una elección es
muy fuerte, y legítima, por parte de esos medios, pero parece que enfrentar a Cristina
sin duda, conlleva un riesgo muy, muy grande. Se entiende que no quieran que
Cristina tenga la posibilidad de una reforma que contemple la re-re.
Pero sospecho que mas allá de todas las causas que
pueda tener el odio descomunal vomitado sobre el peronismo en general y el
kirchnerismo en particular por parte de los “biempensantes” hay una que es la
que los desvela: el peronismo es sin duda mayoría en nuestro país, los
peronistas, aun sin llegar al 50%, siempre vamos a ser una mayoría, siempre vamos
a tener un piso alto, un piso algo difícil siempre de superar.
Y ahí tiene un gran problema “la gente”.
Por eso el trabajo de los medios apuntando siempre a
la demonización, ya que quieren solo generar enemigos mortales del peronismo,
que no sean mayoría, es secundario eso en realidad, pero que sí sean mortales enemigos de Cristina.
Por eso pienso que le hablan a la propia tropa, a su propia
gente, quieren exacerbarlos al máximo posible. Los quieren de manera segura al
lado de ellos, segura y automatizadas, para que cuando les ordenen salir,
salgan.
Y salgan que sea imposible pararlos, que estén
dispuestos a todo, y ese estar dispuestos a todo incluye por supuesto, accionar
sobre la integridad física de Cristina. Y de la democracia, por supuesto.
Están buscando generar huestes dispuestas a todo,
porque están seguros que si logran que Cristina no pueda acceder o ella no
quiera la re-re, el que nombre tiene indudables posibilidades de salir ganador,
y ya se les está haciendo insoportable la posibilidad que a partir del 2015
tengan que bancar 4 años mas de kirchnerismo.
Tal vez estoy equivocado, y solo se queden en oposición enfurecida.
Ojalá así sea. Pero las coincidencias entre el accionar de la prensa “objetiva,
veraz e independiente” y las técnicas de lavado de cerebros es demasiado
grande.
Yo no puedo dejar de pensar que tanto esfuerzo y
dinero que están poniendo sea solo para conformarse con ser oposición. Es
necesario que el Gobierno de Cristina siga mejorando la comunicación, es el
mejor camino no para terminar con el odio de ciertos sectores, ya que cuando se
odia, se odia para toda la vida, sino para que podamos alcanzar a aquellos que de buena fé creen todo lo que
dicen Clarinación, ellos si pueden acercarse al kirchnerismo, o en su defecto,
convertirse en verdadera oposición, en sectores críticos, pero sin odio y con
propuestas. En gente positiva, en suma.
Y hablo de verdadera oposición, porque en realidad,
en Argentina no la hay, solo tenemos políticos que siguen a rajatabla la agenda
de los medios opositores, que ya suman varios enojados retos a sus políticos
por no saber armar una oposición capaz de discutirle al kirchnerismo el
liderazgo de la sociedad.
Ahora, ¿quieren Clarín y La Nación que haya una
verdadera oposición? Yo no creo. Durante la marcha-cacerolazo del 13 de
Septiembre TN y Canal 13 se cuidaron muy especialmente de mostrar primeros
planos de la gente participante, porque el odio descomunal quedaba claramente
en evidencia. Y desde el odio no es posible construir política. Ni dialogar.
Pero sí se puede incendiar la calle.
¿Y porque quieren incendiar la calle? Porque son
destituyentes. ¿Qué es exagerado lo que digo? De ninguna manera. La Ley de
Medios lleva ya 3 años de aprobada, y la cautelar interpuesta por el oligopolio
Clarín vence sí o sí el 7 de Diciembre de 2012 y sin embargo, Clarín ya ha
dicho que el 7D “no pasa nada”.
Y este “no pasa nada” es simplemente no querer
acatar la Ley. ¿Y el Estado de Derecho, para que está? Retardar el cumplimiento
de la ley a través de todo tipo de chicanas, ¿es ser respetuoso del Estado de
Derecho?
No adecuarse a una ley que fue votada por amplia
mayoría en las dos Cámaras y a posterior
de más de 300 audiencias públicas (a las que Clarín no fue, por supuesto) que
se realizaron a lo largo y ancho del país, audiencias en donde se propusieron y
se realizaron cambios a un proyecto de ley que tiene ya más de 20 años de
existencia me permite afirmar que no son para nada buena gente.