El porque de este blog

El porque de este blog

En este blog editado por un peronista, kirchnerista, se puede encontrar una serie de post que abordan temas que creo son universales, mas allá de las particularidades propias de cada país.
Por sobre toda las cosas, a lo largo de todas mis humildes notas, apunto a mostrar la forma en que se comportó el Gobierno kirchnerista con respecto a la economía y también como se comporta la oposición, tanto mediática como política. Espero estar logrando ese cometido, de todos modos, todos los post están abiertos a comentarios que no son de ninguna manera moderados, son aceptados en su totalidad, por la simple razón de respetar a rajatabla la libertad de expresión y aclarar todas las dudas que los lectores puedan tener.
Aclaro que no soy funcionario del Gobierno Argentino, ni estoy pago por el Kirchnerismo, solo soy un trabajador empleado en el rubro hotelería, que apoya de manera clara y de frente las políticas aplicadas por Cristina Fernández de Kirchner.
Como debe ser: diciendo desde donde uno habla.
Por que la objetividad no existe, su "existencia" es pantalla de corruptos partidarios de ajustes criminales.
Porque la economía solo tiene dos maneras de ser manejada: desde las clases dominantes o desde las clases dominadas.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Respuesta a mentirosa nota de Ricardo Lafferriere



Un forista, Santiago Berra, le responde en:

http://sumateacristina.net/profiles/blogs/respuesta-de-mi-padre-a-opin-logo-de-derecha

al economista Lafferriere. Se reproduce la nota y la contundente respuesta. Una vez más la oposición demostrando que no tiene el más mínimo atisbo de ética ni ganas de aceptar, para nada, la contundencia del apoyo a Cristina.


NotiAR - 22-Nov-11 - Opinión

http://www.notiar.com.ar/contenido/opinion/opi_14586.htm

Cristinazo y mercados

por Ricardo Lafferriere
ricardo.lafferriere@gmail.com.ar

En noviembre de 2007 los diarios develaban una conversación entre el presidente Kirchner y su entonces Jefe de Gabinete, sobre las posibles fuentes de recursos para la gestión de su esposa, pronta a comenzar. “Los precios están buenos, hay que sacarlos del campo”, habría sido el consejo del funcionario al presidente saliente.

Como consecuencia de esa conversación, una de las últimas medidas de Kirchner como presidente fue el incremento de las retenciones al 35 %, y luego de transferido el poder, el intento de poner en vigor las retenciones móviles, que generó la espontánea y exitosa reacción del sector afectado.

Pudieron hacerlo a medias. Las retenciones quedaron en el 35 %, pero no más. La mirada giró hacia los ahorros previsionales, que implicaban dar el manotazo a un sector menos articulado para resistir la medida, que fue presentada falsamente como una ofensiva “contra la usura de las AFJP”.

Las administradoras no perdieron nada. Fueron indemnizadas. Los que sí perdieron todo fueron los ahorristas que habían juntado un capital de retiro para financiar sus pasividades, lanzados sin contemplación a la categoría mínima mediante la Ley de Saqueo Previsional.

Pero esos recursos se acabaron. El Fondo de Sustentabilidad muestra una capitalización fantasma de 190.000 millones de pesos, ya evaporados. En su gran mayoría “prestados” al gobierno, que les dio a cambio títulos públicos de imposible recuperación. Figuran sólo en los balances de la ANSES, aunque no en los del deudor, la Secretaría de Hacienda, que en teoría debiera devolverlos.

Luego la mirada giró a las reservas del BCRA, cuyo objetivo –económico y legal- es respaldar el valor de la moneda. El oficialismo se apropió de ellas con la misma decisión que los salteadores, cambiándolas también… por títulos públicos sin respaldo. El resultado fue –era inexorable- la caída del valor de la moneda, cuya expresión visible es la estampida de la inflación.

Tampoco hay ya más reservas. El país se anotició después de las elecciones que las reservas internacionales están más cerca del cero que alertaban los economistas, que de los “50.000 millones” del relato oficial. Volvieron al país los controles de otros tiempos, el lenguaje económico empezó a incorporar los “tipos de cambios múltiples” y los pocos dólares que quedan no se le venden ni a Susana Giménez.

El interrogante vital del oficialismo hoy es de dimensiones existenciales: ¿De dónde sacar recursos para los próximos años con las cajas internas ya secas?-corrección: siempre se puede rascar la alcancía, pasar el rastrillo para juntar las monedas… pero ya es cada vez más difícil, con ciudadanos que se han convertido poco menos que en licenciados en defender sus ahorros-.

El autor tiene una intuición: volverán a buscar afuera. Ante la caótica situación del mundo, las “inconductas” de la Argentina van quedando en el olvido, o parecen pecados veniales. Pero para hacerlo, es imprescindible antes alinearse con los requerimientos de la comunidad financiera mostrando números serios, acordando con el Club de Paris, normalizando los bonos en default, pagando las condenas del CIADI, bajando el déficit fiscal, terminando con el subsidio a los servicios y las empresas públicas... yen esa clave deben ser leídas las medidas de “cristinazo”. El “modelo” cambiará su “relato” con una mutación clara hacia el menemismo. Y el kirchnerismo tendrá que experimentar las dificultades de cualquier gobierno que debe ajustar lo desajustado. Los argentinos sabemos por experiencia lo que duele.

El ajuste –necesario, ante los dislates anteriores- no tiene entonces sólo la función de emprolijar el funcionamiento del gobierno. Tiene un horizonte estratégico más amplio: mostrarle a los dueños mundiales del dinero, a los que se les pedirá prestado, que en este país se hacen las cosas seriamente. Que cuando hay que ajustar, se ajusta, le duela a quien le duela. “Cirugía mayor sin anestesia”, como diría algún antecesor de la presidenta.

Pero el premio lo amerita: conservar el gobierno, con todo lo que implica.

La capacidad de endeudamiento externo adicional de la Argentina hoy, imaginando un tope similar al que era razonable en tiempos normales, es de aproximadamente el 20 % del PBI –es decir, llevar los 27 % actuales a cerca del 50%, que era la exposición existente en tiempos del menemismo y de la Alianza-. USA debe el 110 % de su PBI, Italia el 120 %, España el 99 %, hasta Alemania debe más del 100 %...

Con un PBI de alrededor de 300.000 millones de dólares –la dimensión exacta no se conoce, por el hermetismo de las cifras del INDEC y el incierto valor del dólar-, la capacidad de endeudamiento externo adicional posible alcanzaría… ¡a 60.000 millones de dólares!

¿Juego de números? Tal vez. Demasiada casualidad para ser casual. Cristina parece estar decidida a conseguir los 15.000 millones de dólares por año que necesita para gobernar pidiéndolos a un mundo en el que lo que sobran son capitales líquidos buscando donde aterrizar para recomenzar sus aventuras.

Tal vez no esté mal. Como siempre, lo importante sería saber en qué se invertirá ese dinero, cuando llegue y si es que llega. Otro período de derroche “reforzando la demanda” nos regresaría a las crisis anteriores, corregidas y aumentadas, cuando esos recursos también se agoten. Pero si se volcaran a modernizar y reconstruir la infraestructura, mejorar la educación, profundizar el desarrollo científico y técnico, financiar la expansión de las actividades productivas, en síntesis a reforzar la inversión, podría recuperarse en parte el terreno perdido en el jubileo de estos años. Y entonces sí su presidencia podría pasar a la historia.

Otra cosa es la prudencia y el cuidado con que se produzca este acercamiento. Las turbulencias que muestran los países con deuda, dependientes de los mercados hasta para pagar las jubilaciones y sueldos, obligan a medir cada paso que se da para no ser absorbidos por los remolinos que se ven en los países deudores. Porque aunque allí hay recursos que permiten extender el déficit hasta donde autoricen “los mercados”, suelen surgir problemas si por alguna causa no hay con qué devolver los préstamos. Lo vimos los argentinos en el 2001, y hoy lo pueden testimoniar, en el mundo, Papandreu, Berlusconi, o Rodríguez Zapatero.


25.11.11
Sr. Ricardo Lafferiere:
                                            No sé quién es Ud. pero sí sé que es un soberano macaneador, de los que vienen abundando particularmente en los últimos 4 años; todas sus referencias económicas son falacias totales, hechas de mala fe para incautos totalmente desinformados, pero los argentinos dejamos ya de comer vidrio, a juzgar por el rotundo 54% que obtuvo la presidente CFK, luego de más de 2 años de que gente como Ud. anunciara  hecatombes de todo tipo y, desde luego, el fin del kirchnerismo.
   La sarta de falsedades que Ud. enuncia en esa nota (distribuida por Internet, porque dudo que pudiera publicarse en papel) son de fácil refutación una a una. 
Se trata de las estupideces de siempre del sector “garca” (el gran deporte nacional de lo que suele llamarse establishment) de este país a los que este gobierno instalado desde el 2003 les viene marcando la cancha y amenaza seriamente con desarticularlos por completo.
    Cualquiera de los indicadores económicos tomados de cualquier fuente seria son suficientemente contundentes como para tildarlo a Ud. de macaneador y propagandista de la ruina del país.
Así que el gobierno que bajó la deuda externa al 27% del PBI (el más bajo de la historia) y le pegó una patada en el tujes al FMI y a Mr. W. Busch con el ALCA ahora, según Ud., va a comenzar a endeudarse nuevamente porque ya rapiñó todo lo que había? Mire Ud., ¡qué brillante!
Bajar el desempleo del 25% al 7,2% a la fecha y crecer ininterrumpidamente  al 9% durante más de 8 años es una joda. Para qué vamos a hablar de la pobreza de más del 50% en el 2001 a la del 25% actual y en baja permanente (salvo los indicadores de Cáritas).
No hablemos de Europa en estos momentos, ¡para qué!  Así que la deuda durante la Alianza era del 50% del PBI? ¿Sería tan amable de indicarme la fuente de ese dato? Según Ud. el cercano arreglo con el Club de París ¿es para endeudarse? ¡Claro! Levantar el default en que dejaron al país los sectores que Ud. expresa es otra expresión de la rapiña kirchnerista que ahora va a endeudar al país (¡luego de haberlo desendeudado!). ¿Es ese un argumento? 
Como gran analista económico que pretende ser supongo que no desconocerá el informe publicado en the economist, el house organ del establishment británico, del 25 de octubre último, ahí se dice que “la Argentina sobresale como una de las tres primeras naciones con los más elevados índices de recuperación”. 
Suficiente, el dato es lapidario por su origen.
 Yo no soy economista ni mucho menos, sólo un ciudadano honesto que ha vivido toda la vida de su trabajo, y tengo ya algunos años como para que ningún imbécil como Ud. me quiera meter el dedo en la boca.
Podría escribirle 10 páginas de información económica objetiva que indica exactamente lo opuesto a sus canallas afirmaciones. Mal que les pese a sinvergüenzas como Ud. el país se viene recuperando en forma impresionante desde el 2003 y lo seguirá haciendo.
Gracias a Dios ya no están los personeros de las finanzas internacionales que hoy (precisamente hoy) están hundiendo a varios de las naciones europeas y sus pueblos (llámense Cavallo –el ilustre hdp- Roque Fernández, Machinea, etc. para seguir hambreando a este país.
Finalmente, porque ya le dediqué mucho tiempo, Ud. tiene hijos? Seguramente no tuvieron que emigrar en el 2001. Sr. Ricardo Lafferiere, después de lo que viene pasando en este país desde 1930 en adelante a gente como Ud. sólo se los puede llamar de una forma: REVERENDOS HIJOS DE PUTA.
                                                                                                                                                                 E. B.

P.D. ¿Sabe por qué me desboco? (porque no es mi estilo) porque ya no me banco que después de lo vivido en este país y en la situación actual del mundo ningún energúmeno se filtre en mi computadora para arrebatarme el presente y el  futuro propio, de mis hijos y mis nietos

miércoles, 23 de noviembre de 2011

La falacia de la teoría de los dos demonios.


(Una breve historia argentina de la infamia)

Recientemente, el periodista Pepe Eliaschev publicó un libro que relata pasajes de la interna en el tribunal que enjuició a las Juntas. Este juicio fue llevado a cabo a instancias de Raúl Alfonsín y se desarrolló durante la primera parte de su mandato. Pero a posteriori aplicó las Ley de Obediencia debida y punto final.
Igualmente el eje de dicho relato no es el Juicio, sino que apunta a otra cosa.
Apunta a darle sustento intelectual a la teoría de los dos demonios, a la que ahora llaman “verdad completa”. Y la “verdad completa” “es” que también les cabe a los integrantes de montoneros y del erp la calificación para sus acciones, de Lesa Humanidad.
Lo que haría imprescriptible a dichas acciones, como todos lo saben.
Pero no es de ninguna manera así. Y uno de los argumentos para sostener esa “verdad completa”, sostener la existencia de “dos demonios”, es que la violencia la iniciaron los subversivos.
Esta afirmación es una falacia total, como creo que veremos más adelante. 
Hay una diferencia fundamental entre la actividad o los delitos cometidos por montoneros y erp y los crímenes cometidos por las FFAA: La garantía de impunidad con que contaron las FFAA para cometer todo tipo  de aberraciones, inmersas en un plan sistemático de represión cuyo eje principal era ejecutarlo en la más absoluta ilegalidad.
Tortura, desaparición forzada de personas y robo de sus bienes, violaciones, robo de más de 400 bebes, todos hechos cometidos de manera metódica y con la más absoluta impunidad.
Esa impunidad, que no era para nada nueva en nuestra historia, es la clave de todo: nada ni nadie podía lograr que ante la denuncia de la desaparición o secuestro de una persona, se investigara, que alguna comisaría o algún Juez abriera un expediente para llevar a cabo una investigación.
En cambio, ante cualquier ataque por parte de montoneros o erp, la investigación y la persecución era inmediata. Es fácil advertir la diferencia: los “subversivos” no contaban con ninguna cobertura ni zona liberada, no tenían ninguna impunidad posible.
Por lo tanto no es posible aplicarles la categorización de Lesa Humanidad.
Pero creo que hay mas diferencias. Una diferencia que hace la diferencia, valga la redundancia, es el historial de terrorismo de estado que tienen en conjunto las FFAA y la clase social que fue cómplice y que utilizó ampliamente a los militares  para proteger e imponer  sus intereses económicos  y su ideología de manera hegemónica.
El comienzo de ese terrorismo de estado, tal vez pueda ser caprichoso, yo lo ubico en la “campaña del desierto”, primer gran genocidio de nuestra oligarquía y sus cofrades. Genocidio y esclavitud.
Basta leer las crónicas de la época para enterarse de la entrega a terratenientes y poderosos de los trofeos de la “campaña del desierto”: familias completas de nativos que terminaron sus vidas trabajando de esclavos para los “biempensantes y almas bellas”. Y esto es violencia.
Y la cosa no terminó ahí, por supuesto. Podríamos seguir, por ejemplo, con el “fraude patriótico”, otro ejemplo de las andanzas del grupo cívico-militar que detentaba  el poder político y fáctico en el país.
Podrá parecer menos grave, pero esta “operatoria” les permitió mantener ese  poder y seguir entregando el país al imperio británico y continuar sosteniendo, a través de las décadas que siguieron a la “campaña del desierto”, a las mayorías en el hambre y la explotación. Apreciamos entonces otra gran diferencia con los “subversivos”: fueron dueños del poder desde siempre e hicieron uso y abuso de ese poder  desde mucho antes de la aparición de los “terroristas”.
La naturaleza criminal de esta sociedad la podemos seguir advirtiendo con por ejemplo, el informe del médico español Juan Bialet Massé, que realizo un estudio integral sobre la clase obrera  en la Argentina que estaba camino al centenario y que era “el granero del mundo”.
La conclusión: el 70% de la población estaba en estado raquítico o en vías de estarlo, entre otras barbaridades que se pueden apreciar leyendo el informe que se consigue fácilmente en la red. El 70%, casi nada, para ser un país gobernado por una clase “elevada, biempensante y de almasbellas”.
¿Cómo se habrán sentido aquellas personas raquíticas, en pleno festejo del Primer Centenario,  ganando un salario diario equivalente a medio kilo de arrocín, esto es, arroz de barrido, de descarte?
Otro ejemplo: El 13 de mayo de 1910 se sancionó en el Parlamento el proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo imponiendo el estado de sitio que permitió clausurar e imponer censura a la prensa obrera en general; cerrar los locales gremiales y partidarios de la izquierda así como encarcelar y expulsar del país a centenares de activistas.
Y el Presidente Figueroa Alcorta siguió sin prohibirse de nada: consintió la acción de grupos de civiles que, invocando “los altos intereses de la Patria”, participaran activa e indiscriminadamente en la persecución y agresión de los obreros.
Siempre la superioridad espiritual y moral de la clase  poderosa se verifica con represiones indiscriminadas.
Y la cosa sigue, por supuesto. La masacre de la Semana Trágica,  el 19 de Enero de 1919 cometida sobre un grupo de obreros que estaban cometiendo el “acto terrorista” por excelencia para la clase dominante: pedir mejores condiciones laborales y salariales.
Resultado: 700 muertos y 4.000 heridos a manos del (cuándo no) Ejército y de comandos paramilitares.
¿Cómo se habrán sentido aquellos obreros que fueron reprimidos a sangre y fuego por el solo hecho de pedir  ser considerados seres humanos? Y hay más casos de “amor al prójimo” de nuestra querida oligarquía cívica-militar.
¿Que se pudo haber incubado a través del tiempo en las personas, en los seres humanos víctimas de toda esta “elevación espiritual”? 
Mas: La masacre de la Patagonia, hecho relatado magistralmente por Osvaldo Bayer en su libro la Patagonia Rebelde. 1500 obreros asesinados entre diciembre de 1921 y enero de 1922 por pelotones de fusilamiento conformados, nuevamente, por el Ejército Argentino, también por reclamar trabajar como seres humanos, no como bestias.
¿Cómo se habrán sentido los sobrevivientes y los familiares de los masacrados?
 Cuándo una persona, habitante de este país se ponía a pensar en lo que hacían los que mandaban, ¿ganas de que habrán sentido?
¿Qué es lo que habrán transmitido a sus descendientes? ¿De qué habrán hablado cuando conversaban con sus compañeros de trabajo en la fábrica o en el taller?
Y así llegamos al golpe de estado del `33, que contó con el apoyo de las clases preclaras e ilustradas y metió de lleno al país en una década signada por la mayor corrupción que se pueda recordar.
La carne fue la gran vedette de aquellos años. Lo fue por ser el eje del  pacto Roca-Runciman, a lo que podemos agregar la constitución del Banco Central de la República Argentina, con competencias para emitir billetes y regular las tasas de interés bajo la conducción de un directorio con fuerte composición de funcionarios del Imperio Británico.
No obstante todas estas concesiones, se le adjudicó además a Inglaterra el monopolio de los transportes de Buenos Aires.
Con motivo del pacto, el Vicepresidente argentino  Julio Argentino Roca, (hijo), realizó la siguiente declaración:
La geografía política no siempre logra en nuestros tiempos imponer sus límites territoriales a la actividad de la economía de las naciones. Así ha podido decir un publicista de celosa personalidad que la Argentina, por su interdependencia recíproca es, desde el punto de vista económico, una parte integrante del Imperio Británico”.
Como podemos apreciar, desde la clase dirigente se le dio un mensaje muy claro al resto de la población de Argentina, mensaje que no tiene nada que ver con valores éticos ni morales. Solo represión, entreguismo y corrupción. Y a los continuadores de esa clase pertenecen o están aliados los que piden “verdad completa”
Es muy recomendable leer sobre la lucha llevada a cabo por el Senador Lisandro de la Torre durante esa década, la que al contrastarla con el accionar de los “preclaros” hace más fácil advertir lo siniestra que fue esa dirigencia, que su buen rastro dejó en la mente y en los corazones de obreros y empleados, de la gente toda, en realidad.
Fueron 10 años funestos. Y se llega al golpe del 43, en el cuál el General Perón tuvo una participación muy importante, ya que fue designado Secretario de Trabajo y Previsión, lugar desde el cuál empezó a aplicar Leyes Laborales. Justicia Social en suma.
Esto quiere decir que Perón comenzó a implementar la humanización de las condiciones laborales. Es lógico suponer que los elevados  integrantes de las clases altas se mostraron en un absoluto acuerdo. Pero no. No fue así.
Le comenzaron una feroz resistencia, que se organizó alrededor del embajador yanqui Braden en una alianza electoral que enfrentó a Perón en el 45, alianza que fue derrotada ampliamente, pero que continuó con su oposición feroz, rechazando la aplicación de medidas de Justicia Social, de inclusión, aplicadas por el General.
Esa oposición tan feroz y basada en un odio de clases tan brutal, a que el obrero mejorara tan sustancialmente su calidad de vida, ¿que pudo haber logrado en la conciencia de millones de seres humanos que por primera vez en sus vidas se podían sentir dignos y respetados? ¿Qué sentimiento anidaron en esos seres humildes, trabajadores y honestos?
Y esa oposición llevada a cabo por tan elevados integrantes de nuestra sociedad fue in crescendo y llegó al mes de Junio de 1955, y en un día de paroxística furia aviones de la FFAA bombardean, en un intento de matar a Perón,  Plaza de Mayo, hecho en el cuál mueren  casi 1.000  personas, incluidos 40 chiquitos de Jardín de Infantes que viajaban en un micro. Y los “preclaros” suscritores del “aluvión zoológico” “viva el cáncer” y “cabecitas negras” volvieron a dar sobradas muestras de su “calidad espiritual” apoyando la asonada, calidad que hoy encontramos en los que defienden la existencia de dos demonios.
Jamás tuvimos dos, siempre hubo uno, y la historia así lo revela.
Y los tiempos se aceleraron. En septiembre del mismo año se produce el golpe con el cuál la “buena gente” “pone las cosas en su lugar”: derrocan a Perón. Y sigue la  “elevación espiritual”: Proscripción del peronismo, fusilamientos de partidarios del General Perón, prohibición de por vida de los deportistas que se manifestaron a favor del peronismo y exquisiteces tales como recorrer hospitales hechos y equipados durante el periodo del General Perón y destruir sus instalaciones y abandonar la construcción de cientos de miles de viviendas que estaban en curso. Y un par de etc. más.
Pero el hecho más funesto y violento cometido por la “revolución libertadora” fue el robo y ocultamiento del cuerpo de Evita.
Llevado a cabo por “cristianos católicos practicantes”, fue un hecho que tiene una carga de violencia explícita gigantesca y nunca antes vista en la historia, creo que del mundo. Evita era un ser amado por millones en Argentina, de ahí que también que a esa carga descomunal de violencia se le agrega la del mensaje: así como la hacemos desaparecer a ella, los haremos desaparecer a ustedes.
Y lo cumplieron: la proscripción duró 17 largos años de permanente resistencia.
Si afirmo que los sentimientos que empezaron a abrirse camino en sectores mayoritarios de la sociedad argentina fueron de marcada hostilidad y rechazo hacia el poder, no creo estar para nada equivocado.
Poder al que usaron, y también  abusaron, para favorecer a minorías. Se supone, según las afirmaciones de la “libertadora” que el “mal” era el peronismo, por lo tanto al ser derrocado dicho “mal”, los “biempensantes” se irían a sus cuarteles y a sus mansiones. Pero no fue así.
Llegamos al gobierno de Arturo Frondizi, otro “malo”, ya que los “buenos” lo sometieron a 24 planteos y a dos sublevaciones militares,  en las que se hace transparente la operatoria de los acreedores externos, el FMI, las Cámaras empresariales, la Iglesia, usando, como es evidente, el factor militar, que presiona sin solución de continuidad al cada vez más debilitado presidente. 
En 1961, el Presidente Frondizi (radical intransigente) legalizó al peronismo, que triunfó ampliamente en las elecciones a gobernador del 18 de marzo de 1962. Once días después el Presidente Frondizi fue derrocado y detenido.
Toma el poder  José M. Guido, quien anuló las elecciones, volvió a proscribir al peronismo, disolvió el Congreso y convocó a nuevas elecciones limitadas y controladas por los militares. 
Otra vez el poder oligárquico, el poder fáctico por encima del Estado de Derecho. Nuevamente, tenemos sobre las fuerzas populares la descarga de salvajismo político y económico propio desde siempre de ese poder “heroico”. Y llegamos entonces al período democrático encabezado por Arturo U. Íllia, que gana la Presidencia con el 25% de los votos. En el año 1965 el gobierno convocó a elecciones legislativas eliminando todas las restricciones que pesaban sobre el peronismo en la etapa previa.
El peronismo presentó sus propias listas de candidatos y triunfó ampliamente en las elecciones. También contemporáneamente a esto, comenzaba la aplicación de la Doctrina de la Seguridad Nacional, impulsada por EEUU, y apoyada por la oligarquía nacional.
Se procede a través de los medios a la demonización de Illia, para el 28 de Junio de 1966, con un golpe de estado, derrocarlo. Nuevamente la funesta burla a la voluntad popular.
Es sin duda muy larga esta crónica. Y tal vez aburrida. Pero es el tema de “los dos demonios” y “la verdad completa” la punta de lanza para buscar la impunidad de los genocidas y sus cómplices civiles, lo que me justifican la longitud y el aburrimiento. Cómplices, y  mandantes.
A caballito del error que significó elegir el camino de la violencia por parte de algunos sectores de la población, quieren conseguir lo que la lucha de Madres y Abuelas y el firme apoyo a los Derechos Humanos por parte del Gobierno de Cristina, se lo han impedido: quedar como patrióticos héroes.
Y en verdad, esta muy pequeña reseña histórica de lo hecho por los militares y sus cómplices-mandantes a lo largo de más de un siglo, deja en claro que quiénes eligieron el camino de la violencia lo hicieron empujados por la desesperación generada por esos mas de cien años de terrorismo de estado aplicado sobre las clases populares, de las cuales el peronismo es su principal representante.
En quiénes se violentaron por parte del campo popular nunca hubo proyecto ni planes de entregar las riquezas ni la soberanía de la Nación a los intereses del imperio dominante, como si lo hicieron los feroces poderes fácticos, que incluso llegaron, durante el gobierno de facto de Onganía, al salvajismo de expulsar a centenares de científicos de las Universidad Argentina, en aquella aciaga “noche de los bastones largos”.
Fueron víctimas de un poder corrupto y siniestro que se llenó siempre la boca hablando de ética y moral, cuando en realidad siempre sus prácticas estuvieron estrechamente ligadas a las zonas más oscuras del ser humano, a lo simplemente demoníaco.
La condición demonial de los poderes fácticos es tal, que llegaron a la barbarie de obligar a irse a trabajar al exterior a nuestras más brillantes mentes científicas, previamente echados a garrotazos de la Universidad
Esa condición de verdaderos demonios se manifiesta ya en su arrebato durante el proceso, en donde aplican el terrorismo de estado con absoluta falta de piedad o reglas éticas y morales a aquellos que tenían un proyecto de Justicia Social, Soberanía Política e Independencia Económica, aunque habían elegido el camino equivocado.
Tal condición de los poderes fácticos no solo se manifestó en la represión ilegal, en la que debemos incluir como víctimas a mas de 3.000 pacíficos delegados obreros, sino también en los hechos de contraer una monstruosa deuda externa, con la consiguiente pérdida de soberanía,  paralela a un ajuste genocida que llevó al cierre de 22.000 fábricas dejando a 7 millones de ciudadanos en la desocupación con el método de liberar las importaciones.
El camino de la violencia como forma de lucha política elegido por el foquismo nacional fue equivocado, sin duda. Pero la violencia como forma de dominación fue siempre utilizada por los poderes entreguistas del país a lo largo de más de decenas de años.
Quienes respondieron a esa violencia que vino de arriba lo hicieron porque en ese momento histórico no era tan difícil elegir ese camino, debido a que todos en este país fuimos educados en ver a la violencia como algo potable, a través de tantos hechos aquí descriptos y otros muchos más que quedaron afuera de este humilde relato,  por fanáticos partidarios y ejecutores de la violencia.
Es el hecho de la violencia surgida de abajo una reacción lógica ante tanta violencia absolutamente impune durante tanto tiempo. Fue reacción de víctimas. Rechazable, pero fue reacción de victimas,  una reacción natural para cualquier ser humano. ¿O como se  reacciona  ante un ataque violento hacia su uno? Y convengamos que hubo muchos ataques hacia las clases populares.
Y hay un hecho de violencia muy repetido también a lo largo de nuestra historia y que se agrega a lo antedicho: La impunidad,  absoluta  para quienes aplicaron sistemáticamente el terrorismo de estado hacia el pueblo fue, tal vez, el disparador de esa violencia que surgió desde abajo.
Gracias a Dios, la violencia como forma de lucha política, hoy día es absolutamente rechazada por la más amplia mayoría del país.
Pero considero que en una porción de nuestra sociedad, bastante importante en cantidad de habitantes y en poder económico, que siempre apoyaron los golpes de estados y toda la represión y el terrorismo que se aplicara sobre las clases populares no están en la situación de rechazo a la violencia.
Su apoyo  a lo que es una de las formas de violencia más sutil y criminal que el hombre ha inventado, el ajuste económico como forma de organizar la economía y sentido de vida, me hace afirmar tal cosa.  
Fueron, son y seguirán siendo victimarios, victimarios de las clases populares, eternamente necesitados de encontrar sectores que se pongan a su altura, que asuman la violencia como método de lucha política, para así justificar su eterna “solución para todo”, la represión indiscriminada contra toda forma de reclamo, protesta social y ansias de Justicia Social, Soberanía Política e Independencia Económica.
Victimarios que hoy se victimizan, que  acusan, que exigen “verdad completa”. “Víctimas” que jamás han tenido ni tendrán un pedido de aumento de sueldo o un mejoramiento de derechos para el trabajador.
Que hoy se desgarran las vestiduras pidiendo por los pobres, pero piden rabiosamente un ajuste. Hipocresía total y siniestramente canallesca. Tal es la calidad humana de estas “víctimas”.  
Y la verdad completa está en esta humilde y breve historia argentina de la infamia. Y no porque yo lo diga, sino porque son hechos comprobables, y que como tales dejan en claro lo que son los que los que, orgullosamente, los llevaron a cabo.
Como se puede ver, en nuestro querido y pisoteado país solo ha existido y existe, un solo demonio, que como tal, sigue buscando la aplicación de políticas generadoras de miseria y exclusión, (violencia si la hay) y, por supuesto, como no puede ser de otra forma, la impunidad. Dos cosas que gracias a los Gobiernos de Néstor y Cristina, no están consiguiendo.