El porque de este blog

El porque de este blog

En este blog editado por un peronista, kirchnerista, se puede encontrar una serie de post que abordan temas que creo son universales, mas allá de las particularidades propias de cada país.
Por sobre toda las cosas, a lo largo de todas mis humildes notas, apunto a mostrar la forma en que se comportó el Gobierno kirchnerista con respecto a la economía y también como se comporta la oposición, tanto mediática como política. Espero estar logrando ese cometido, de todos modos, todos los post están abiertos a comentarios que no son de ninguna manera moderados, son aceptados en su totalidad, por la simple razón de respetar a rajatabla la libertad de expresión y aclarar todas las dudas que los lectores puedan tener.
Aclaro que no soy funcionario del Gobierno Argentino, ni estoy pago por el Kirchnerismo, solo soy un trabajador empleado en el rubro hotelería, que apoya de manera clara y de frente las políticas aplicadas por Cristina Fernández de Kirchner.
Como debe ser: diciendo desde donde uno habla.
Por que la objetividad no existe, su "existencia" es pantalla de corruptos partidarios de ajustes criminales.
Porque la economía solo tiene dos maneras de ser manejada: desde las clases dominantes o desde las clases dominadas.

domingo, 26 de febrero de 2017

¿Para que sirven los ricos?

¿Le ha servido o le sirve a la humanidad la existencia de los ricos? ¿Nos sirve a los seres humanos que 8 personas posean la riqueza  de 3.000 millones de habitantes de este mundo?

Me parece que no. O al menos hay algo que no funciona en este estado actual de cosas. Y por si algún biempensante se zarpa, que conste que no hablo en contra de la riqueza. Me pregunto de qué me sirve a mí que un tipo tenga 100.000 millones de dólares de fortuna personal. A mí y a tantísimos otros. Me sirve para ganar un sueldo de mierda, nada más.

En los 8 años de Gobierno de Cristina nos hemos atorado escuchando a los anti k emocionales que “la yegua” lo único que hacía era generar pobres. O sea, la pobreza era culpa de un gobierno y sus políticas. Pero nos encontramos también que esos mismos iluminados antes se regodeaban con su mayor “verdad revelada”: que “los pobres son pobres porque quieren”. Y ahora que está Macri volvieron a “su verdad”, a la que le agregaron que tenemos “la culpa de todo los problemas que tiene la economía”

Repito, algo no funciona ahí. Pobres siempre hubo. Ricos también. Y aclaro que cuando digo pobres, digo que lo son de obrero o empleado para abajo.  Es pobre el obrero o el empleado que en Bangladesh trabaja 14 horas por día por un salario de 25 dólares como el obrero o empleado argentino que lo hace por 600 o 700 dólares.

¿Será que está mal repartida la riqueza? Veamos. Vivimos en un sistema capitalista, entendiendo por capitalismo la preeminencia del capital sobre el trabajo. Más claro: del beneficio que una fábrica genera, el conjunto de los obreros que hacen posible que exista ese beneficio se queda con el 10% mientras que el 90% restante va al bolsillo de patrón, el capitalista.

¿Qué nos dicen los capitalistas de esto? Que la fábrica es fruto de su esfuerzo, capacidad y riesgo y que por lo tanto….bla bla bla. Ya lo conocemos a ese viejísimo relato.

Sin duda algo de razón hay ahí. Ese relato tiene algo de verdad, no lo discuto. Pero me pregunto, ¿sin el concurso del trabajo, ergo, del obrero, es posible que ese “esfuerzo, capacidad y riesgo” genere algo? No, terminantemente no.

«El trabajo es anterior a, e independiente del capital. El capital es sólo el fruto del trabajo, y nunca hubiera existido si el trabajo no hubiera existido primero. El trabajo es superior al capital, y merece una más alta consideración» dijo una vez Abrahán Lincoln. (Sostengo que fue por decir eso que lo mataron)

Y es absolutamente así. Detrás de la primera riqueza generada por los primitivos humanos está el trabajo y no el capital. El capital surge cuando el hombre de las cavernas comienza a “vender” sus excedentes de puntas de flecha, hachas, arcos  y lanzas.

Y cuando él quiere aumentar el “stock disponible” para vender y por consiguiente aumentar el beneficio que recibe, no tiene otra que poner a más gente a producir, a trabajar. Primero el trabajo, después todo lo demás. Si su familia o los demás integrantes de la tribu se negaban a trabajar, no había riqueza posible para vender.

Sostengo que la riqueza escalofriante que tan pocos poseen en este mundo no es para nada ética. Y no estoy diciendo que está mal ser empresario, cuentapropista, profesional independiente o comerciante. Lo que digo es que los porcentuales  de participación de cada clase en el PBI del mundo están mal establecidos.

No puede ser que esté bien que 8 personas concentren la riqueza  del 50% de la humanidad mientras que todos los que apoyan esa tesitura nos taladran la cabeza con que la culpa de la pobreza es de los gobiernos…populistas, por supuesto. Cristina, claro. Aclarando entonces, si la culpa es de Cristina, ¿en qué consiste, específicamente, esa culpa? ¿En pagar sueldos bajos o altos?

Insisto, algo está mal. Y lo digo por la exorbitante diferencia que hay entre un obrero de una fábrica y los 8 más ricos del mundo. No pongo en duda las capacidades empresariales de tales personas, sí afirmo que sin el concurso de las decenas de miles de obreros y empleados de sus fábricas no tendrían ni el 1% de sus fortunas actuales.

¿O acaso no se desgañitan acusando de lo peor a los obreros que hacen paro o huelga? Lo más suave que nos dicen es que “se ocasionan cuantiosas pérdidas a la economía” cuando se hace un paro. Si un día de paro de un obrero genera cuantiosas pérdidas, ¿Qué genera entonces un año de trabajo de un obrero? Cuantiosas ganancias, muchachos biempensantes.

Por caso, podemos observar lo que está pasando con los docentes, que son acusados de cualquier cosa mala que se les cruce por la cabeza a los biempensantes en el poder, incluso con el plus de que mandaron desde Cambiemos a un ejército de trolls como punta de lanza en esa campaña de difamación y “voluntariado”, campaña encabezada por un funcionario PRO, ex militar que formó parte del siniestro Batallón de Inteligencia 601. Si lo único bueno que tiene la humanidad son los empresarios, ¿Por qué tanto problema por unos pobres que hacen paro?

En cuanto al daño que produce un paro, sin duda, es correcta esa afirmación. De ahí la fuerza que tiene la huelga. Si no fuera así, la humanidad estaría todavía con la primera huelga, sucedida alrededor del año 1850. Pero no es así, ya que la huelga tiene un poder muy grande, poder que surge de la capacidad de daño de dicha medida de fuerza.

Y ese poder de daño surge de que nada puede existir en este mundo sin la aquiescencia del trabajador. La civilización toda dejaría de existir si el obrero muriera por un virus o por el accionar represivo de los gobiernos lacras como el que estamos padeciendo actualmente en Argentina.

Un par de ejemplos: ¿qué pasaría si se paraliza la extracción de petróleo en todo el mundo debido a una huelga mundial de obreros petroleros?

¿Cuánto podría subsistir una gran ciudad como la CABA si por alguna razón se paralizara la recolección de residuos? Los virus y bacterias que surgirían en poco tiempo acabarían con la vida de muchos.

No niego de ninguna manera la importancia del capital, pero ese capital puesto sobre un terreno sin la concurrencia del trabajador que construye los edificios es plata muerta.

Las descomunales fortunas solamente pueden existir como hecho posterior a una gigantesca transferencia de recursos de la clase trabajadora hacia la clase empresarial, tal como hizo el corruptísimo presidente Macri con la rebaja de impuestos que significó un robo de más de 30.000 millones de dólares que terminaron en los bolsillos incluso del mismo presidente, empresario como es.

Y que no me vengan los biempensantes con que estoy diciendo “que hay que sacarle una vaca al que tiene 2”, tal era el caballito de batalla de la derecha durante la época del comunismo soviético para de paso acusarnos de comunistas a todos los que cuestionábamos la distribución de la riqueza imperante en este bendito mundo, porque nada de eso estoy diciendo.

Lo que sí digo, y lo digo lo más simple que puedo, es que los sueldos  no son “un costo”: Están incluidos en el precio del producto o servicio que se vende. Sí son la herramienta inexcusable para evitar la existencia de la pobreza. Cuanto más alto ese sueldo, más baja la pobreza.

Pero sigamos siendo claros, los ricos no quieren eliminar la pobreza, si no que quieren ser cada día más ricos. De ahí la pobreza y su constante aumento. Basta con ver el simple hecho de que en los últimos 30 años, años signados por el capitalismo salvaje, el neoliberalismo, los ricos se hicieron más ricos, y la pobreza aumentó proporcionalmente.

¿Casualidad? No. Simple y sideral robo.

Por estos días estamos viviendo un descomunal ataque por parte del gobierno argentino hacia la clase trabajadora, ataque disfrazado con el eterno verso “del alto costo laboral” como si este costo fuera pagado por el empresario de su bolsillo. ¿Y que se busca con ese ataque? La flexibilización laboral, que en buen romance significa ni más ni menos que bajar salarios y quitar derechos. Más claro: más pobres los pobres y más ricos los ricos.

Es simple,  básicamente los ricos sirven para eso, para hacerse cada día más ricos. Y eso tiene una consecuencia claramente visible. No hay misterio en el tema rico-pobre. La economía es una sola, y esa economía es visible en el PBI. Si el capitalista se compra una 4x4 todos los años y su obrero no logra llegar a fin de mes con su sueldo, es que algo anda mal en el reparto de ese PBI. Malditas lacras macristas.

Y no nos olvidemos del odio de clase de esos seres que se auto designan como el súmmum de la raza humana. Porque además de una avaricia descomunal sienten hacia el pobre en general y el obrero en particular un también sideral odio de clase. ¿O acaso su eterno caballito de batalla, “los sueldos en Argentina son demasiado altos”, son fruto del amor hacia las clases bajas?

Baste con recordar el comedor con gradas de los reyes franceses, en donde el “populacho”, mediante el pago de una entrada podía ver como comían “los nobles”. La grieta, ¿les suena?

Odio muy visible también en el absoluto rechazo de todos los ricos a la conformación de cooperativas por parte de obreros, que se tradujo en la derogación de la Ley de Expropiación del Hotel Bauen y el funesto ataque a la Cerámica Zanón, (FASINPAT) a través de  facturas de servicio de 1 millón de pesos.

Y a la eterna avaricia empresaria la podemos ver claramente en la muy reciente autocondonación de deuda llevada a cabo por Macri, que se acaba de perdonar la friolera de 70.000 millones de pesos que debía al Estado Argentino por la concesión del Correo. Y nos decían que” Macri es rico, por lo tanto no necesita robar”

Y para que quede más clara aún la avaricia y corrupción del empresariado en general y de Macri y su familia en particular, unos días antes del robo con el arreglo por la deuda del Correo, los Macri metieron un nuevo juicio al Estado por 2.300 millones de pesos.

No es muy difícil darse cuenta qué instrucciones le dará Macri al mediador que mande a “negociar” el nuevo reclamo de la familia más corrupta de nuestra historia. Y con la plena seguridad que no tendrán que esperar 15 años.


sábado, 11 de febrero de 2017

Otra vez la culpa es de los obreros.

Además del racismo, el macrismo  está llevando a cabo una campaña para validar la evasión y fuga de capitales…de ellos. Ni hablar si esa evasión y fuga se comprobara en Cristina. Parece además que a “la yegua” le aparecieron unos audios en donde le está diciendo a Parrili que “le averigue cuantas causas le armamos a Stiusso”

Yo la verdad que no he escuchado ese audio, pero de ser cierto que dice eso, no estaríamos ante otra cosa que la comprobación de lo que tantas veces ya he dicho: honestidad en la gestión de gobierno, toda, inocencia, nada.

Resulta que tenemos un audio que aparentemente condenaría a Cristina a la cárcel, mientras que nosotros, el kirchnerismo digo, no tenemos ni una miserable prueba documental ni video ni audio que pruebe alguna de las tantísimas operaciones mediáticas-judiciales llevadas a cabo por el tándem Magneto-Mitre-círculo rojo y toda su banda de mercenarios que nos quieren hacer creer que son “periodistas”

Pero bueno, es lo que hay. Cada cual sacará sus propias conclusiones.

Lo que quiero remarcar es el hecho de la furibunda campaña que se está llevando en las redes para que se vea con muy buenos ojos la evasión y la fuga de esas siderales sumas de dólares, que, como todos sabemos, se habla ya de más de 400.000 millones de dólares de argentinos en el exterior, sin contar con lo que está bajo el colchón y las cajas de seguridad.

De esa sideral suma hay que descontar unos 90.000 millones que fueron blanqueados pero no traídos al país.

¿La excusa? Que “los impuestos son muy altos en Argentina” Mentira. La carga impositiva en nuestro país alcanza a poco más del 30%, significativamente inferior a la de los países serios con los que cada tanto nos refriegan en la cara los biempensantes.

El tipo que entra a una casa a llevarse lo que encuentre o el que usa un arma para hacer lo mismo, es un chorro, sin duda alguna. En eso coinciden los biempensantes. Pero el que evade también es un chorro. Se está quedando con un dinero que no le pertenece. El impuesto, que está incluido en la estructura de costo del producto o servicio que ese empresario, comerciante o profesional vende, le pertenece al Estado, o sea, a todos los habitantes del país.

Si se lo quedan, es porque son chorros, no porque sea alto ese impuesto, que, además, es abonado por el que compra ese producto o servicio. Ese dinero, que esos chorros de guantes blancos se quedan, es lo que hay que pagar por el beneficio de tener una Nación. Y la calidad de esa Nación está directamente relacionada con ese porcentual que se paga de impuestos.

Si no hay impuestos, no hay Nación.

Mas simple aún, manga de chorros, es como un traje, no podes pretender tener un traje Ives Saint Laurent por el precio de uno comprado en una tienda de segunda mano. Con los países pasa lo mismo, queridos chorros biempensantes.

El nivel de nuestra Nación es el que corresponde a un país que recauda el 14% de impuestos, cifra que es la autentica carga impositiva que se paga en virtud de la evasión que llega al 60%.

Cuenta muy simple. Carga impositiva nominal: 35%. Le restamos el 60% de esa carga y llegamos a la carga impositiva real que pagan nuestros queridos empresarios, comerciantes y profesionales: 14%.
Algo que no nos pasa a los obreros, que aportamos el 20% directamente de nuestros sueldos, un tercio más que nuestros queridos biempensantes, que se pasan la vida acusándonos de ser los culpables de los problemas económicos que Argentina tuvo, tiene y tendrá.

Crisis mundial del 2008 también, por supuesto. Y a no olvidarse que la empresa  Lehman Brothers fue fundada y está dirigida por obreros. Más exactamente, de La Cámpora.

 

Los ya 500.000 millones de dólares fugados, no por los laburantes precisamente,  no tienen nada que ver con esos problemas. Esa fuga parece que es todo beneficio para el país.

Esa campaña para transformar en algo muy bueno para el país a esa sideral fuga también apunta a la flexibilización laboral que ya ha puesto en marcha el corrupto mayor y su banda actualmente en el poder.

Que para no dejar ninguna duda sobre su condición de corrupto mayor de nuestra historia acaba de condonar una deuda de 70.000 millones de pesos a… si mismo.  Con un plus para biempensantes: la familia Macri comenzó otro juicio al Estado Argentino por la suma de 2.300 millones de pesos. No es muy difícil adivinar el resultado que tendrá esa nueva demanda.

Pero que quede bien claro: La culpa es del obrero, una vez más. Y no es lo más grave. Lo más grave, gravísimo,  es que mucha gente, que es o será víctima de esa “verdad revelada”, lo cree así.