En este link, hay otro muy buen trabajo de investigación de Dani:
El fusilamiento de Manuel Dorrego
Manuel Dorrego, fue uno de los
últimos revolucionarios de la gesta de Mayo de 1810. Uno de los últimos que
lucharon por esa patria grande, por la unidad nacional, por la defensa de las
provincias unidas, luchando contra el monopolio español y la corona británica.
Pero tal vez muchos no lo conocen y hasta se preguntarán quién fue.
Manuel Dorrego nació el 11 de junio
de 1787 en Buenos Aires. Su padre fue un comerciante portugués (José Antonio) y
su madre era de una de las integrantes de las familias fundadoras de la ciudad
de Buenos Aires (María de la Ascensión Salas). Dorrego ingresó al Real Colegio
de San Carlos a los 15 años y 1 mes después falleció su madre.
Durante las invasiones inglesas
en Buenos Aires, quiso participar del enfrentamiento al enemigo, tal cual lo
hacían sus compañeros, pero su padre no se lo permitió. Esto se debió a que en
aquella época, Portugal era un aliado de la corona británica, y José, como la
mayoría de los portugueses, prefería estar bajo los ingleses, ya que le podía
traer grandes ventajas más adelante. A pesar de ello, Dorrego no sentía lo
mismo: él quería defender su patria, su territorio, pero aceptó la decisión de
su padre. Luego participó de otros acontecimientos en donde pudo demostrar su
honor y su valentía.
En 1811 se incorporó al ejército
revolucionario y a comienzos de 1812, Dorrego participó en su primera batalla
al norte de la provincia de Salta, en la que recibió diversas heridas y se le
reconoció su valentía, ascendiéndolo al grado de capitán. Comenzó a relacionarse
con Belgrano y San Martín, los cuales le empezaron a tener una gran confianza,
a pesar de sus desubicadas acciones que realizaba cuando no le gustaba algo. Dorrego
fue nombrado jefe de Estado Mayor del Ejército, “secretario de guerra” de
Belgrano y adquirió bastante importancia.
Empezó a notar sus diferencias
con Bernardino Rivadavia, secretario de gobierno por aquellos años. Rivadavia
le ordenó llevar un grupo de españoles a Rosario, algo que le disgustó a
Dorrego, y tuvo un problema en el cual es encarcelado, debido a un
malentendido. Fue ascendido a teniente coronel, teniendo bajo su mando al
batallón de Cazadores, la tropa de elite más importante del ejército, y fue
confinado a Jujuy debido a problemas internos en sus tropas pero luego es
rehabilitado.
Luego distrajo al ejército
realista en Salta, permitiendo así que Belgrano pudiese retroceder hasta
Córdoba. Debido a burlas que le realizó a Belgrano, fue separado del Ejército
del Norte hacia 1814 y se dirigió a la Banda Oriental, para combatirlo a Artigas,
donde es derrotado
.
Quiso integrarse nuevamente al
Ejército del Norte, comandado por San Martín, pero el 22 de octubre de 1815, un
día antes de partir rumbo a Mendoza para la integración, fue encarcelado y
luego exiliado. Esto ocurrió porque Manuel tuvo una discusión con Pueyrredón
(Director Supremo en aquel momento), que tenía miedo del creciente poder de
Manuel, generando un grave conflicto.
El buque que lo llevaba al
exilio, conquistó en el camino a una pequeña embarcación con bandera española,
a la cual fue transbordado Dorrego. El capitán del nuevo barco decidió navegar
por Jamaica. Los ingleses (dueños de la isla), atacaron a la embarcación y sus
tripulantes fueron tomados prisioneros. Un juez de la isla le sentenció la pena
de muerte a Dorrego, pero esto fue anulado.
Su próximo destino fue la ciudad
de Baltimore, en aquella época la segunda ciudad más importante de Estados
Unidos. Con el dinero que tenía, a Dorrego nomás le alcanzó para pagarse el
viaje, el alojamiento y para comprarse algo de ropa decente. Recibió ayuda de
un compañero suyo desde Buenos Aires, escribió sus dos “cartas apologéticas”,
estudió y empezó a tener amigos políticos en la ciudad.
En abril de 1820 regresó a Buenos
Aires: ya no era aquel joven burlón y grotesco, se había convertido en todo un
hombre político. El gobernador de Buenos Aires, Sarratea, le devolvió el cargo
de coronel y le deja bajo su mando el batallón 2 de Cazadores. El mismo año
Dorrego es elegido gobernador de la provincia de Buenos Aires. Fue adquiriendo bastante
coyuntura política pero perdió la gobernación, y en 1823 fue electo
representante ante la Junta de Gobierno (al principio había aparecido en la
lista sin saberlo previamente, renunció pero terminó quedándose en el cargo).
Una anécdota de esto fue que al
comienzo, las listas opositoras también llevaban el nombre de Dorrego a la
cabeza para intentar obtener más votos. A partir de aquel año se empezó a notar
cada vez más las discrepancias entre Manuel y Rivadavia.
Más adelante se dirigió al
exterior para encontrarse con el gran libertador Simón de Bolívar, hombre al
que admiraba profundamente y que le tenía un gran respeto; y para encontrarse
con algunos gobernadores. Luego volvió a Buenos Aires, y empezó a lucirse cada
vez más en sus discursos legislativos, en especial cuando se dio el debate
acerca de la Constitución de 1826, atacando la posición centralista de
Rivadavia, y generando que éste renuncie a la presidencia.
Al año siguiente, Dorrego fue
electo gobernador de Buenos Aires. Se empezó a formar un grupo de conspiradores
contra Dorrego, encabezado por Martín Rodríguez, Lavalle, Soler, Alvear, José
María Paz y varios hombres más. A pesar de esto, Dorrego tenía muy buena
relación con muchos gobernadores y caudillos de las provincias. En su mandato
intentó resolver la guerra con el Brasil, aumentar los fondos del Estado y unir
al país. Pero por presiones extranjeras (de la corona británica) y por
presiones internas, su gobierno se fue debilitando lentamente.
Es así que el 1º de diciembre de
1828, Lavalle ocupó Buenos Aires con sus tropas y derrocó a Dorrego, y éste
escapó hacia el sur. Días más tarde, Dorrego decidió enfrentarlo a su enemigo
con sus tropas, donde perdió y fue tomado prisionero. Su última noche, la pasó
junto a su hermano. Estaba totalmente estremecido, sabía que había llegado su
fin. Cómo último intento, le pidió a Lamadrid que le diga a Lavalle si puede
entrevistarse con él, tan sólo un momento.
El militar le transmitió el
pedido a Lavalle y éste se negó rotundamente a recibirlo. Manuel se dio cuenta
que no había marcha atrás, ya no podía hacer nada. Un poco después de las 2 de
la tarde se le informó que sería fusilado. Entonces, les escribió cartas a sus
hijas, a su mujer y a Estanislao López. Su último pedido fue estar acompañado por
el sacerdote Castañar y por Lamadrid (un enemigo político pero compadre). Allí
se produjo un acto conmovedor: Dorrego se sacó su chaqueta y se la entregó a
Lamadrid, pidiéndole que se la entregara a su mujer. Luego le preguntó si tenía
alguna chaqueta con la cual podría morir, y su compadre le entregó la suya
(poniéndose él la de Dorrego). Minutos después, con tan sólo 41 años, el
“padrecito de los pobres” es fusilado, con una casaca unitaria.
Dorrego fue un hombre clave en la
historia argentina, con sus errores y sus aciertos. Un héroe por su
participación militar, su coraje, su honestidad. Tal vez no ha sido tomado muy
en cuenta por la “historia oficial” de la oligarquía, pero a partir del
revisionismo histórico, se pudieron descubrir bastantes sucesos. Y con ésta
nota, quiero rendirle homenaje a aquel patriota que dio su vida para construir
una unión nacional y regional, a aquel símbolo federal de nuestro país que
luchó por la independencia de Latinoamérica, siempre del lado del pueblo.
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