El porque de este blog

El porque de este blog

En este blog editado por un peronista, kirchnerista, se puede encontrar una serie de post que abordan temas que creo son universales, mas allá de las particularidades propias de cada país.
Por sobre toda las cosas, a lo largo de todas mis humildes notas, apunto a mostrar la forma en que se comportó el Gobierno kirchnerista con respecto a la economía y también como se comporta la oposición, tanto mediática como política. Espero estar logrando ese cometido, de todos modos, todos los post están abiertos a comentarios que no son de ninguna manera moderados, son aceptados en su totalidad, por la simple razón de respetar a rajatabla la libertad de expresión y aclarar todas las dudas que los lectores puedan tener.
Aclaro que no soy funcionario del Gobierno Argentino, ni estoy pago por el Kirchnerismo, solo soy un trabajador empleado en el rubro hotelería, que apoya de manera clara y de frente las políticas aplicadas por Cristina Fernández de Kirchner.
Como debe ser: diciendo desde donde uno habla.
Por que la objetividad no existe, su "existencia" es pantalla de corruptos partidarios de ajustes criminales.
Porque la economía solo tiene dos maneras de ser manejada: desde las clases dominantes o desde las clases dominadas.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Humilde respuesta a Marcos Aguinis



Es increíble el nivel del veneno y el odio, que usted, señor Aguinis, sí tiene. Tergiversa hasta lo indecible el hecho de la asunción de Néstor  Kirchner: Es cierto que salió segundo detrás de Menem con el 22%, pero al bajarse el riojano porque las encuestas le daban el triunfo a Néstor con  por lo menos el 65% de la intención de voto, la única opción legal que quedó es que tuvo que asumir el segundo. (Aunque más adelante en la nota lo reconoce, peeero…)  

Pero bueno, de destilar veneno se trata. Y para perfeccionar la destilación recurre ya a lo religioso: El tomar el bastón al revés fue un aviso de Dios de lo que se venía. Es increíblemente  mística su visión, señor Aguinis. ¿Cómo es posible que no sea rabino?

Deberá aceptar, mal que le pese preclaro señor, que es un poco difícil continuar la lectura de su editorial, hay mucho odio y veneno en ella, pero por ese mismo motivo, se me hace necesario continuar, porque tan descomunal y venenoso odio no puede quedar sin respuesta, aunque esta sea humilde, muy humilde.  

Dedica usted todo un párrafo a “historiar” la vida de NK, párrafo en el que pone el énfasis más marcado para dejarnos en claro otra de sus verdades místicas: está escribiendo la biografía de un enriquecido y siniestro mafioso, el más siniestro de todos.

 Eso sí, sin aportar ninguna prueba, como es la santa costumbre desde hace varios años de los periodistas “objetivos, veraces e independientes”. ¿Para qué aportar pruebas? ¿Reglas del Estado de Derecho, para qué? Basta y sobra con que usted lo diga.

De que vale que los dólares fueran devueltos al país y entregados a la Provincia de Santa Cruz con sus respectivos intereses y esta rindiera oportunas cuentas, dejando en claro que se gastaron durante la crisis del 2008/09, evitando así ajustes sobre el pueblo de la provincia. Ah, y un datito: el trayecto del cuerpo de Evita no es ningún misterio, ¿eh? Y las motivaciones de tal trayecto, mucho menos.

Dice usted que “…Kirchner era el gobernador con más dinero para hacer la campaña” agregando un poco más adelante: “Pero lleno de resentimiento, porque asumía con un anémico porcentaje de sufragios”  ¿podría citar las fuentes y las pruebas de lo que dice? Seguro que no: volvemos a lo mismo, si usted lo dice… (Y que López Murphy y Carrió son “sectores democráticos”  corre por cuenta suya)

Agrega, ya en el colmo de la epifanía que Kirchner fue desagradecido con Duhalde, cuando es vox pópuli que las diferencias entre ellos eran irreconciliables: uno quería seguir con el ajuste, (Duhalde) y el otro quería el crecimiento con inclusión, (Néstor).

La separación era inevitable, como quedó demostrado después por el accionar claramente opositor de Duhalde. Y como siempre, no se privan ustedes de referirse a un viejo y gran amigo: el viento de cola. Un tanto contradictorio este tema.

Señor Aguinis, ya que ustedes se desgañitan gritando que el país está en un infierno, que todo está mal, pero acto seguido nos hablan del viento de cola. ¿En qué quedamos? Si estamos mal, no hubo el tal vientito, y si estuvo el tal vientito, no estamos mal. ¿Capito? Pero bueno, no se trata de entender, sino de arrojar toda la merde y el veneno posible.

Y para que no queden dudas de su profesional destilación de odio y veneno, nos desasna usted con otra de las verdades reveladas de la oposición: “Néstor carecía de políticas de estado…” En realidad es usted y los que condensan veneno como usted a los que les faltan políticas de estado inclusivas, progresistas, anti ajustes, algo que a Néstor le sobraba, (y los huevos para aplicarlas, también) en contraposición a lo que vienen pidiendo a gritos todos en la oposición

Su intención de demonizar a Néstor Kirchner  (y a Cristina también) es más que clara: pone las diferencias políticas  con Scioli y el consiguiente accionar del que tenía en sus manos la dirección del estado como la operación de un demonio vengativo y no como lo que en realidad fue: una movida estratégica de un líder nato. Tan mal no le fue al Kirchnerismo, ¿verdad?

 Pero solo se trata de demonizar, entonces echa mano a algo que según usted,  sería la prueba definitiva de que estamos ante el mayor de los demonios: echó a Lavagna y a Beliz. Pecado si los hay, ¿no?

La profesionalidad de la que usted hace gala para la demonización se pone de manifiesto nuevamente en el párrafo en donde coloca la preclara frase: “La gilada -como el mismo Perón solía llamar con humorismo a sus seguidores más fanáticos- se ocupaba después de convertir la amenaza en un acto concreto.”

¿No se enoja si le pido que nos cuente cuáles fueron los actos concretos de aprietes? ¿No se estará refiriendo usted a las críticas que les hacemos los kirchneristas a los periodistas “objetivos, veraces e independientes”  o el rechazo a las acusaciones por ustedes vertidas, como aprietes, ¿no?

Porque no son aprietes, señor Aguinis, es un derecho de la democracia criticar y rechazar acusaciones, sin importar quién las haga.

Es increíble como es esmera y se supera usted, párrafo a párrafo, en su envenenada demonización: “Gracias a la épica kirchnerista ya no se pueden reunir familias enteras ni grandes grupos de amigos porque estalla la confrontación.” pone usted, como para dejar en claro que estamos ante un revelador de verdades reveladas (perdón por la redundancia, preclaro señor Aguinis)

¿Me permite hacerle una encuestita?: Hasta el año 2003 usted estaba:  Muy unido, Algo unido,  poco unido o nada unido al peronismo, a las Madres, al Partido Obrero, y a los obreros en general?

Hablar de que Kirchner fomentó la división en la Argentina es la hipocresía más siniestra y envenenada que se le puede ocurrir a cualquiera. Ejemplos y pruebas: Bombardeo a Plaza de Mayo de Junio del `55, golpe y proscripción del peronismo, robo del cuerpo de Evita, etc., etc., etc.

¿Entiende usted que somos muchos los que en este país pensamos que los que hablan de la “unión de todos los argentinos” son unos reverendos HDP y siniestros hipócritas partidarios de criminales y permanentes ajustes y enemigos de todo lo popular?

Habla de corrupción en el Gobierno Nacional. ¿La tiene probada? Ah, cierto, perdón, me olvidaba, está usted y los que piensan como usted llenos de pruebas: las tapas de Clarín y La Nación. Basta y sobra. ¿No?

¿Qué piensa de lo que en Filosofía se llama La Regla de oro? Esta regla dice: Trata a tus congéneres igual que quisieras ser tratado. ¿Vale algo esto para usted? La difamación, la calumnia y la injuria son faltas gravísimas a un mínimo de ética que cualquiera puede tener, y usted lo hace al por mayor en su “nota”. 

Referir como “fuerzas paramilitares” cuando habla de la gente que está con Milagro Sala,  La Cámpora, o el Movimiento Evita es eso, una falta total de ética. Organizar “fuerzas paramilitares” es delito, y como tal deben ser denunciados en la Justicia. Pero denunciados con pruebas contundentes. Porque su “nota” no sirve como prueba, ¿lo sabía? ¿Se lo explicó a sus lectores? 

Y como  no se quedó conforme, aumentó la apuesta: “… provocaron analogías con las Juventudes Hitlerianas. Estas últimas, sin embargo, por asesinas y despreciables que hayan sido, luchaban por un ideal absurdo pero ideal al fin, como la raza superior y otras locuras.”

Sí, esto puso usted en su “editorial”.

Doble y criminal barbaridad: comparar a movimientos políticos absolutamente apegados a las reglas del Estado de Derecho con declarados genocidas, y banalizar al nazismo, (Peligrosísima banalización, en verdad) dándole categoría de ser un movimiento de “idealistas”, (“absurdo idealismo”), pero idealistas al fin, los nazis.

Extrañísima esta definición de idealistas que hace un judío de quienes quisieron exterminarlos. Pero todo vale a la hora de descalificar, acusar, destruir a un odiado Gobierno. Bajeza total, la suya.

Porque además, señor Aguinis, usted, que cobra una jubilación de privilegio por haber estado como Secretario de Cultura durante el Gobierno del Doctor Raúl Alfonsín acusa a todos los militantes políticos del kirchnerismo de haber  “…estructurado una corporación que milita para ganar un sueldo o sentirse poderosos o meter la mano en los bienes de la nación.”

¿De qué bienes cobra usted su tan “merecida” jubilación de privilegio? El ladrón piensa a todos como de su condición. Y mejor no hablemos de lo que se dice de los motivos por los cuáles lo echaron de la Secretaría de Cultura. Seguro me va a pedir pruebas.

Pero para que lo sepa, señor Aguinis: hay millones de ciudadanos en este país que militan desinteresadamente, por ideología y por amor a la Patria. Como el que escribe esta humilde respuesta a su envenenada vida.

Mal que les pese.


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