Con posterioridad a la reasunción de Cristina, el
Gobierno Nacional comenzó a implementar, de menor a mayor, controles al
comercio del dólar. Por supuesto, que la oposición, tanto mediática como política,
(bah, son lo mismo), se opuso, valga la redundancia, acusando al gobierno de llevarnos a ser como Venezuela. Una cruel dictadura,
según ellos.
¿Tienen realmente argumentos para afirmar semejante
cosa? Yo creo que no. Y la razón por la que afirmo esto es muy simple: la
monstruosa evasión fiscal que padece Argentina.
Yo, al igual que todos lo que trabajamos en relación
de dependencia, pagamos todos los impuestos, esto es, todas las deducciones que
se le hacen a nuestro sueldo. Debería ser igual para todos los demás habitantes
del país.
Pero no es así, ya que la evasión, que en este amado
país llega al 60%, es, por supuesto, llevada a cabo, cometida, por el
empresariado y la clase media comerciante y profesional.
Parte de esa evasión, la mayor, me parece, va a la
compra de divisas, dólares como todos sabemos. ¿Y a dónde van los dólares? A la fuga de capitales, y no a la inversión o
el “ahorro”, como se desgañitan gritando los ofendidos.
¿Qué tiene de malo ahorrar? Pues nada. Entonces, ¿por
qué no lo declaran?
Como todos sabemos, comprar divisas es un derecho
protegido por la Constitución Nacional, pero también es muy cierto, que ese
derecho, que estaba absolutamente libre de todo control, fue usado
sistemáticamente para fugar capitales, evadir, y también para llevar a cabo
corridas cambiarias y golpes de mercado.
La híper con que se lo volteó a Alfonsín que sirva
de ejemplo para las nuevas generaciones que no tuvieron que vivir ese calvario
que se pudo llevar a cabo por la falta de controles sobre las divisas.
Hemos podido ver cacerolazos que entre otras
“reivindicaciones” pedían eliminar los controles al dólar. Constitucionalmente,
tienen su dosis de razón. Pero además de ser necesario aclarar que no hay
ningún derecho que sea absoluto, también debemos dejar muy en claro que no solo
hay “ahorristas” comprando dólares, sino que en su mayoría son evasores.
Algo que además debemos dejar muy en claro, es que
por primera vez, en la República Argentina, se produjo una masiva manifestación
sin provocar “caos en el tránsito”, a pesar de hacerse en plena “diktadura” (je je je)
Esos dólares desaparecen del mercado, van al colchón,
en el mejor de los casos, o a un banco en las Islas Caimán. Fuga de capitales,
capitales que deberían invertirse donde se ganan, o sea, nuestro país. Tenemos
inflación, que por supuesto la oposición dice que la culpa es de Cristina, pero
nada dicen de la falta de inversión para satisfacer la mayor demanda, (Inflación
de Demanda) algo que es normal, sano y
necesario en cualquier economía capitalista. ¿Por qué lo harán?
Ley de oferta y demanda, le dicen. La demanda no
satisfecha genera aumento de precios. ¿Qué se puede decir de quienes ganan
tanto dinero en Argentina, y luego lo sacan al exterior, resintiendo
canallescamente a la economía que les da tantas divisas a sus avaros bolsillos?
Que son siniestros.
¿Y de los formadores de precios?
Una de las tantas chicanas con que se apoyan para
exigir la eliminación de los controles, es que no puede ser que alguien que
quiere comprar 500 dólares no lo pueda hacer, es dictatorial, dicen, que un
pequeño “ahorrista” no tenga bla, bla, bla.
Pero pasó el tema de los presta nombres, esto es,
los que al principio con presentar su DNI podían adquirir divisas. Pero esa
facilidad fue usada al por mayor, principalmente por empresarios que enviaban a
sus empleados a comprar, por eso los controles se hicieron más severos.
Más severos, pero de ninguna manera es imposible
comprar dólares, solo que ahora se pueden comprar en un estricto acuerdo con lo
que se tenga declarado como ingresos. Hay dos casos que son paradigmáticos: El
de la animadora Susana Giménez y el director y productor de cine Eliseo
Subiela.
La primera, todos lo sabemos, es una millonaria conductora
que quiso comprar varias decenas de miles de dólares, se le denegó la compra… y ardió Troya. ¿Qué había pasado?
La “diktadura” estaba arrasando a la Argentina, según la oposición. La avara y
miserable realidad es que la millonaria animadora tenía declarado ingresos por…
$ 4000,00 mensuales. Si, leyeron bien, cuatro mil pesos mensuales.
El caso de Subiela es idéntico: quiso comprar 10.000
dólares… con un ingreso declarado de… $ 850,00 mensuales. (Ochocientos cincuenta pesos mensuales) Es
fácil imaginar lo que le dijeron.
Lo absolutamente triste, miserablemente triste, es
que son centenares de miles los argentinos que tienen ingresos de varias
decenas de miles de pesos por mes, pero se declaran apenas por encima del nivel
de indigencia. ¿Esto es ético? Sostengo que no. Pero es lo normal en Argentina.
Es muy común encontrarse con opositores que se
llenan la boca hablando de ética, de elevación espiritual, que le rezan a Jesús,
van todos los domingos a misa, que acusan de lo peor al Gobierno, para acto
seguido vanagloriarse de lo que evaden o
explicar la mejor forma de hacerlo.
Por supuesto que hablan de los impuestos como
“gastos”, en ningún momento reconocen que ese “gasto” está incluido en el costo
del producto o servicio que dan. A esa carga impositiva, que en realidad paga
el que compra ese producto o servicio, la consideran propia, no algo de lo que
son simplemente agente de recaudación, y que debe ir al Estado.
Y simplemente, se lo quedan, porque “les pertenece”
y se “lo merecen”. Ah, y completan el círculo, reclamando un país de primera.
Pero pagando menos de la mitad de lo que deben, o sea, robándose el 60% o más,
de lo que recaudan en impuestos.
Y después nos refriegan en la cara que el Estado
ayuda con “la plata nuestra”. Eso sí, cuando ven a un cartonero en la calle,
acusan a Cristina de no hacer nada por los pobres.
Pero si hacemos un poquito de memoria, vamos a acordarnos
de aquella frase de Cristina: “Sintonía Fina” dicha en el día que asumió su
segundo mandato. Muchos pensaron que era una frasecita demagógica más.
Pero estos controles muestran que no era así, es una
fuertísima presión para que se blanqueen los ingresos, para que los
empresarios, comerciantes y profesionales, si quieren comprar divisas, deberán
declarar sus ingresos reales.
Los mismos que dicen que estamos en una dictadura no
nos cuentan nada sobre los más de 200.000
argentinos que viajaron al exterior en el mes de Julio, y que gastaron 272 millones
de dólares en el extranjero, llegando en los 8 meses del año a la friolera de
1.500.000 argentinos que viajaron al exterior gastando casi 2.000 millones de
dólares. (Si, casi dos mil millones de dólares)
Links: http://www.losandes.com.ar/notas/2012/7/5/pese-cepo-dolar-argentinos-viajan-exterior-652995.asp
http://www.infobae.com/notas/670829-Turistas-argentinos-gastaron-us2000-millones-en-el-exterior.html
Cito: “¿saben muchos que en medio de otra crisis
mundial de envergadura, en los años ’30, frente a las descomunales pérdidas en
el comercio exterior, un gobierno de derecha,conservador, estableció el control
de cambios?” (Federico Pinedo, ¿les suena?)
Fuente: nota de Mario Rapoport en el siguiente link:
http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-180852-2011-11-09.html
Invito a leerla.
Se puede comprar dólares, pero solo si estas
declarando lo que realmente ganás. La sintonía fina está terminando con que
gano $ 850 pesos por mes pero compro 10.000 dólares porque soy un piola
bárbaro, y ahorro como loco.
Parece que la comunicación oficial del alcance de las
medidas no hubiera sido lo suficientemente clara, algo que debe ser remediado,
ya que además de necesario es algo relativamente fácil.
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